Capítulo 39

1.5K 88 10
                                    

He vuelto a hacer daño a alguien a quien quiero. Caleb está muy molesto conmigo porque, por mi culpa, no podrá ver a su hermana en unos días. Lo que él no sabe es que estoy intentando alejarlo de lo peor... Y ojalá el padre de Lauren llegara pronto para acabar con todo esto. Me está costando lo que no está escrito morderme la lengua, siendo como soy.

Ahora mismo me encuentro sola, sentada en el suelo y con la espalda apoyada en una pared. Hace poco que hemos cenado y he decidido tomar un poco el aire antes de acostarme, así que me he quedado cerca de la casita para ver anochecer. Por lo menos, aún puedo tener un instante de tranquilidad, pero incluso en este momento me sigo preguntando cuándo encontraré la paz y la calma. Aunque lo cierto es que ahora sólo me queda esperar.

No puedo negar que algo se remueve dentro de mí cada vez que pienso que este es mi último verano en el campamento. Y, sí, lo digo como si llevara toda mi adolescencia pasando las vacaciones aquí. A decir verdad, siento que mi adolescencia empezó en este sitio, el año pasado, cuando conocí la amistad y el amor verdadero... pero, sobretodo, cuando me descubrí a mí misma. Eso es lo mejor que me ha podido pasar.

Poco a poco, el cielo oscurece encima mío. Ya va siendo hora de que me marche a mi cabaña. Supongo que mañana será otro día, por lo que me levanto y pongo rumbo a mi deseada y amada cama.

Por desgracia, mi día aún no ha terminado. Para llegar a la mía, inevitablemente tengo que pasar por alguna que otra cabaña y eso incluye que pase por la de los monitores. En este caso, me encuentro a Patrick Cooper fuera, mirando de vez en cuando su reloj y con el cansancio más que notable en sus ojos. Mientras me acerco, voy percibiendo el jaleo que hay montado ahí dentro. Se escuchan unas voces gritando e inmediatamente entiendo por qué el señor Cooper no está en el interior. No debe de ser nada agradable presenciar lo que sea que está ocurriendo en su cabaña.

—Vaya... —Murmura Patrick nada más verme llegar—. No sabía que tus padres discutían así.

—Un momento, —reacciono, tratando de asumir lo que acaba de decir— ¿esos son mis padres?

—Sí. —Afirma, y a mí me saltan todas las alarmas—. No sé si lo sabias pero tu padre ha estado durmiendo aquí, ya que Emily...

No tiene que acabar esa frase. Ambos sabemos que no es necesario. Y yo, por mi parte, no puedo evitarlo. Necesito saber qué está pasando ahí dentro. Aún así, es evidente que tengo experiencia espiando el interior de una cabaña y sé que de poco me voy a enterar desde fuera.

—¿Sabes... sobre qué pueden estar hablando? —Le pregunto al señor Cooper, con los ojos entrecerrados. Dios, no quiero sonar como una cotilla.

—Solamente sé que han llegado hace media hora y ha empezado la guerra. No puedo decirte mucho porque he salido pitando, no me apetece salir perjudicado... Pero han mencionado a una tal Michelle, y unas cuantas veces.

Otra vez está la madre de Candice en medio de todo. Esa mujer últimamente va ligada a todos los asuntos relacionados con mis padres. Sin ir más lejos, mi madre casi se desmaya esta mañana cuando la he nombrado.

—Tu madre estaba fuera de sí cuando hablaba de ella y de... ¿Cómo se llamaba? ¿Julia? —Duda, intentando recordar lo que ha escuchado.

¿Julia? ¿Quién mierda es Julia? No conozco a nadie que se llame así, o eso creo. Lo que está claro es que mis padres sí.

Que mi madre se ponga tan nerviosa al hablar de esas mujeres me hace pensar que ellas son el motivo de sus discusiones con mi padre. De hecho, estoy bastante segura de ello. Y con esto solamente consigo llegar a la misma conclusión que llevo llegando últimamente: mi padre es un auténtico mentiroso. Además, me di cuenta yo sola cuando descubrí que le había dicho a mi madre que estaba en Nueva York. La única diferencia es que antes no tenía ni idea de por qué lo hacía, pero ahora lo veo tan claro. Es más lógico de lo que me pensaba. No me cabe duda de que mi padre está engañando a mi madre y en el peor de los sentidos. Michelle Heron y esa tal Julia son sus amantes, ¿y quién sabe si habrán más? Me pregunto por qué me habrá costado tanto darme cuenta.

Verano otra vez© (Verano #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora