Palabras para vivir

MI CARTA A LA ANSIEDAD

Sos la mayor putada que me pudo pasar en la vida, como escribirte algo si ni siquiera me dejas apoyar los dedos correctamente en las teclas, que tengo que hacer malabares para que los dedos que tiemblan se apoyen en donde yo quiera y no en donde a vos se te da la regalada gana.

¿Qué sos? Sos eso que no me deja ver bien, sos la que aparece cuando menos la necesito, sos la que se disfraza de amiga para luego tirar por la borda todos mis esfuerzos.
Sos esa que llega a sacarme todo disfrazado de un ataque de pánico, con el cual te jodes porque lo único que ves en él es la muerte.

Sos la que me deja sin aire, la que no me deja respirar, sos esa desesperación de querer tirarlo todo y a la vez reconstruirlo para no sentirte mal por arruinar otra cosa más en tu vida.
Sos la taquicardia que me azota el pecho cada vez que algo no marcha bien.
Sos eso que todo el mundo ve normal, y en mi te negas que dé un paso hacia adelante. Sos el miedo disfrazado en agorafobia.

Ay señores, que será la agorafobia? Y no sé, cuando vean a alguien por la calle que no puede continuar porque todo su alrededor empieza a girar, que se ahoga y no ve la salida entre tanta gente (aunque solo sean dos personas), cuando veas que alguien al lado tuyo siente que le invadís su espacio personal, que siente que en el lugar más grande puede sentirse perdido porque no respira, ahí vas a estar en frente de alguien con agorafobia. PERO PARÁ, QUE ES VERDAD QUE NADIE SE ENTERA DE NADA ALREDEDOR TUYO.

La tortura es silenciosa y nadie va a ver que te está pasando, porque la ansiedad está adentro y no, no es que “ay tengo ansiedad…voy a comer porque estoy ansiosa”. NO!  La ansiedad te come a vos y si se queda con ganas de postre busca la forma de generar otro ataque y así irse victoriosa.

Sos eso que no deja dormir, sos los sueños hechos pesadillas, los más absurdos e irreales, sos la que a partir de esas pesadillas hace confundir la realidad con la ficción. Sos esos lentes con los que veo la realidad, pero te prometo que cada respiración mía vale la pena para que te alejes, cada meditación, cada acto del presente hace que te asustes un poco de mi porque sentís que ya no tenés controla, cada vez que supero una de tus jugadas, cada vez que canalizo mi fuente, vos das un paso atrás.

No te quiero, ¿no entendes que no te quiero en mi vida? No sos bienvenida y nunca lo fuiste.  Quiero que te alejes de mí, que me dejes disfrutar lo que por derecho me pertenece. Vos no sos yo y yo no soy vos. YO NO SOY MI ANSIEDAD, golpeaste la puerta de mi vida sin consultarme si te quería dejar pasar, solo pasaste y te apoderaste de lo bonito que me quedaba, y yo no entendía. NO entendía que era eso que me impedía ir a un parque, que era eso que sentía cuando me subía una sensación en el pecho. No entendía que era ahogarme con mis propias lágrimas porque mi familia tampoco me entendía a mí, porque es difícil, porque parece que no se supera nunca, porque duele, duele sentirse inútil y fuera de foco con los demás.

Ansiedad, sos dolor, y te aborrezco por todas las veces que apareciste cuando más feliz estaba, te odio por transformarme en esto que soy, pero, ¿sabes qué? Gracias por hacerme cada día más fuerte, por creer que con un ataque de pánico vas a poder conmigo, y si, lo veré todo muy negro en esos 5 minutos, podre no respirar, podre no caminar y que se me duerma el cuerpo, pero no soy vos y yo puedo contigo como pude con todo lo demás. Soy más fuerte que vos y cuando menos te lo esperes, así como hiciste vos, sin avisar, vas a estar lejos de mí y de mi vida. Y voy a decirte cara a cara “YO GANÉ”