Capítulo 4: Bola Ocho

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- Creo que ya va siendo hora de que nos pongamos a jugar – dijo Tae con una sonrisa pícara.

Jungkook pareció entender perfectamente a qué se refería porque metió su cabeza entre mi brazo y mi cuerpo y me cargó sobre su hombro. Quedé con la cara a su espalda viendo como sus pantalones desabrochados dejaban a la luz su ropa interior negra que cubría lo que parecía un culo prieto y redondo.

- ¿Quieres usar alguna palabra de seguridad? – me preguntó Tae mientras me daba un azote en el culo – Igual la necesitas.

No fui capaz de ver hacia donde me dirigían hasta que el el menor me levantó y me dejo tumbada sobre algo.

- ¿Qué tal bola ocho? – preguntó  el rubio – creo que puede ser una buena palabra de seguridad.

Miré a los lados para confirmar que estaba tumbada sobre una mesa de billar. Miré primero a un lado y después al otro, y terminé mirando al frente incorporando un poco el cuerpo. Entonces Tae tiró de mis piernas para atarlas a las patas de billar con la ayuda de Jungkook.

Me tumbé del todo, apoyé la cabeza mordiéndome el labio  y exhalé de excitación. Tras unos segundos la cara de Jimin apareció delante de la mía, desde atrás. Me besó suave en los labios y cerré los ojos. Entonces sentí cómo una tela negra cubría mis ojos impidiéndome la visión.

- ¿Preparada princesa? – me preguntó al oído.

- Preparada – confirmé en alto – Y por si queda alguna duda, estoy de acuerdo con que la palabra de seguridad sea bola ocho, aunque con los cuidados que estáis teniendo no creo que vaya a necesitar utilizarla.

- Sólo falta un pequeño detalle – añadió Tae. Parecía que era el que más se manejaba en esa situación – Señorita extienda sus brazos hacia arriba y junte las manos por favor.

Hice lo que se me pidió y sentí alrededor de mis muñecas el tacto de algo suave, como pelo. Me apretaron lo que entendía que eran unas esposas de correa y me echaron las manos hacia la cabeza. Todo mi cuerpo era suyo.

- Te tengo – dijo Jimin desde atrás sujetando mis manos.

- Y ahora a disfrutar – dijo el menor justo antes de darme un beso  cerca de las crestas ilíacas.

- Espera, acabo de darme cuenta de algo – frenó el mediano – Alicia, dime que esta ropa interior no es importante para ti.

Lo cierto es que aunque era mi preferida, había sido un regalo de Josh y me daba igual qué le pasase a la dichosa ropa interior. En ese momento no debía ponerme a pensar en aquello.

- No más que cualquier otra – señalé.

- Perfecto – dijo tras dar un mordisco justo en la zona del costado que cubría mi braguita – porque te la vamos a arrancar.

Tragué fuerte y me dejé llevar.

Sentí como Jimin se subía a la parte libre del billar, soltándome un instante las manos. Se puso de rodillas junto a mi y volvió a tomar mis manos, poniéndolas en su duro vientre. Aunque estaban atadas, me las apañe para llevarlas hacia su entrepierna, que  estaba ya sin nada que la tapase.

Cogí su miembro con mi mano derecha, al revés que de costumbre, y empecé a acariciarlo de arriba abajo. Sentí como crecía en mi mano, poniéndose cada vez mas duro y mas grande. Acaricié sus testículos y noté como palpitaba su erección. Entonces apreté mas fuerte y le oí gemir.

Al mismo tiempo noté, como Jungkook, que estaba a mi izquierda, se acercaba a mi costado. Sentí algo frío bajo el centro de mi sujetador y escuché unas tijeras cerrarse. Entonces mis pechos se liberaron, y debieron dejar a la vista mis dos duros pezones, porque lo primero que hizo el menor fue besar cada uno de ellos y humedecerlos con su lengua. Quería gritar pero la excitación se bajaba a mi vientre.

Y justo ahí se encontraba el mediano. Había seguido mordiéndome por todo el borde de las braguitas, hasta llegar al otro costado. Ahora estaba posicionado entre mis piernas y me acariciaba por encima de ellas. Escuche cómo se desabrochaba la hebilla del cinturón y se abría los botones, era el único que seguía con los pantalones abrochados.

La calma con la que hacía todo, el control sobre su juego, me ponía más que cualquier otra cosa, más incluso que el contacto físico que estaba teniendo. Pero experimentar todo a la vez, como estaba pasando iba a hacer que perdiera la cabeza.

Entonces Tae me apartó las bragas a un lado y paso su mano por mis labios inferiores. Buscó mi clítoris y lo masajeó. Justo entonces Jungkook mordió con fuerza uno de mis pezones de manera breve.

- Hazlo mas tiempo – conseguí decir – muérdeme más. Y tú, eché la cabeza hacia atrás como pude para dirigirme a Jimin, ven aquí – me chupé los labios para que entendiera.

Tae, que seguía a los suyo, se arrodilló en el suelo, acercó su nariz hacia mi vulva y sentí su respiración caliente. Entonces su gran lengua me recorrió, pasó tres o cuatro veces saboreando mis jugos y luego la introdujo dentro de mi haciendo círculos rápidamente.

Lo que Tae me hacía me estaba excitando un montón, pero la presión de los dientes de Jungkook era lo que de verdad hacía que yo estuviese tan húmeda y que tuviera ganas de morderles y chuparles cada centímetro de sus cuerpos.

Justo entonces sentí los labios finos del menor tocando a los míos. Ahora tenia sus manos sobre mis pechos y su dedos haciendo pinza fuerte sobre mis pezones.

-¿Esto es lo que te gusta? – me preguntó al oído.

Le mordí el labio en señal afirmativa.

- Pero ahora quiero esto- dije tirando de Jimin hacia mi – tu sigue y luego te tocará a ti.

- Espera -  dijo Jimin, tan cuidadoso como siempre se levantó y se puso a mi derecha – Así mejor, acércate a este lado.

Me acerqué hacia donde estaba y volví a agarrar su miembro. Lo imaginaba de pie, con su enorme pene, que tan crecido llegaba casi a la altura de su ombligo. Pasé mi lengua desde la base hasta la punta y sentí cómo su líquido preseminal brotaba. Entonces lo introduje todo en mi boca hasta mi garganta. El contacto de mis labios con su piel, le estremeció y empezó a mover su cadera para que siguiera chupando.

Sentí cómo disfrutaba cada centímetro de él. Y entonces yo, enloquecí. Tae acaba de introducirme dos dedos hasta el fondo de mi vientre y empezaba a moverlos en busca de mi punto G.

Tuve que parar de succionar a Jimin, tuve que coger aliento y controlar mi respiración, porque todo mi cuerpo se estaba descontrolando. La velocidad de los dedos de Tae estaban haciendo que todo mi cuerpo se contrajese y se quedase tenso. Sabía lo que estaba por venir. Todos lo sabíamos. Jungkook que seguía centrado en mis pechos me mordió mas fuerte, Jimin me besó pasionalmente y Tae aceleró mas su movimiento hasta que mi primer orgasmo llegó.

Jimin me quito el vendaje de los ojos. Los tres chicos se miraban y me miraban. Todos sonreímos. Esto sólo acababa de empezar.

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