¡¡HOLA!! ¡¡ Hoy les traigo capítulos desde punto de vista de Aiden!!
Si de nuestro lindo centinela (como lo amo). Espero que los disfruten tanto como yo lo hice, son tan lindos.
Todos los derechos, tanto de la historia como de los personajes son to...
Sip, no estas alucinando, en verdad he subido un nuevo POVS de Aiden.
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Les tengo una nueva ESCENA EXTRA DE AIDEN Y ALEX
Por Si no lo han leido. Espero que les guste.
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Brillante luz blanca explotó desde el edificio del consejo, sacudiendo las ventanas. El cristal se hizo añicos, volando en todas direcciones. Los fragmentos mortales segaron a los Centinelas en ambos bandos. Todo un lado del edificio se derrumbó como si estuviera hecho de nada más que polvo.
Tirando de la daga hacia atrás, contuve el aliento que no llegó a ninguna parte. En un instante, lo supe. Lo supe. Una bola de hielo se formó en mi estómago y entonces me levanté, con una presión alrededor de mi corazón. Una grieta se balanceó en el centro de mi pecho. Me tropecé hacia atrás y miré hacia abajo, casi esperando encontrar una daga del Covenant profundamente clavada. No había nada, pero el dolor...
"No," susurré.
Mis piernas estaban moviéndose antes de que mi cerebro inclusive captara lo que estaba ocurriendo. Crucé a través del césped, en dirección a las puertas abiertas. Alguien gritó mi nombre, pero no me detuve, no podía detenerme. Corrí al interior del edificio, el instinto guiándome hacia la derecha, todo el camino mi corazón latiendo y negándose a procesar lo que mi cerebro me decía.
Era demasiado tarde.
Habíamos ganado.
Pero era demasiado tarde.
Volé a la habitación y lo vi allí de pie en el medio, su cabeza echada hacia atrás, sus manos cerradas en puños a sus costados. Sangre y suciedad en sus mejillas. Su camiseta estaba rota. Un olor extraño impregnaba la habitación, junto con las sobrantes vibraciones de poder.
"¿Dónde está?" Mi voz sonaba cruda a mis oídos.
Seth bajó su barbilla y cuando me miró, en realidad no me veía. Negó con la cabeza.
Mi corazón tartamudeó y saltó un latido. "¿Dónde está, Seth?"
"Lo siento." Su voz se quebró, y la daga se deslizó de mis dedos, resonando en el suelo de mármol. "Se ha ido."
No me moví. Había una buena posibilidad de que haya dejado de respirar mientras crudo, ardiente dolor me llenaba, excavando profundamente con navajas afiladas y desgarrándome. Abrí mi boca, pero no hubo palabras, y ese dolor siguió excavando. Me doblé, apoyando mis manos en mis muslos.
Alex no pudo haberse ido.
No. De ninguna manera. Había hecho todo lo que los dioses le habían pedido. Había sacrificado tanto ya. Una y otra vez. No pudo haberse ido. No. No. No. Me enderecé y comencé a caminar hacia Seth, pero me detuve a medio camino. Él ni siquiera me miraba, su mirada estaba en suelo agrietado, su expresión grababa una profunda tristeza que casi coincidía con lo que yo sentía. No. No. No. Esto no estaba pasando.
