D U L

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Aún continúo en el bar, atendiendo a la clientela que se aglomera a nuestro alrededor, es de esos días en que la gente frecuenta mucho a bares, ¿razón? Ni la menor idea, solo vienen, ordenan lo que quieren e inmediatamente se van. El día de hoy estamos al tope, pero por suerte el turno de Sunghae y el mío terminaría en cuanto el reloj marcara la media noche. Bebidas van, dinero viene y todos felices.

Me quería retirar lo mas pronto posible antes de que mi jefe se llegara a enterar de lo que hice, aunque explicando la situación podría hacerlo entrar en razón para que no me echara como basura.

Pero por otro lado no quería, disfrutaba estar en este lugar la noche entera en vez de estar soportando las quejas de mamá, podía asegurar que preferiría mil veces este bar que mi propio hogar, mi mamá sí que tiene que solucionar sus problemas antes de que éstas la consuman por completo.

Yo solo quiero de vuelta a mi mamá, aquella mujer que irradiaba una felicidad contagiosa, esa sonrisa iluminaba el lugar, sí iluminaba.

Esa sonrisa comenzó a desaparecer cuando comenzaron a aumentar los problemas.

No sabría decir cuales tipos de problemas pero podía deducir que eran de una magnitud bastante grande para que ella cambiara su actitud repentinamente.

Al paso de los días pude notar como las discusiones de mi mamá con el Señor Kang iban en aumento, al punto en que el Señor Kang dijo que necesitaba tiempo para pensar sobre su relación con mi mamá. Definitivamente lo comprendía, cualquiera haría lo que él decidió hacer, mamá se negaba a que se fuera, —aunque fueran solo unos días —de mi parte vi que era lo mejor si ellos querían seguir estando juntos, seguramente si el Señor Kang se alejaba mamá podría reflexionar sobre las cosas que pasaban en su entorno.

—Pequeña, andas un poco distraída —habla una voz cercana a mi oído, por el tono burlesco que usa identifico quien es —no será que los dos chicos que atendiste tienen que ver con eso.

Solo me limito a rodar los ojos, no me dejará de molestar después de contemplar tal escena, dirijo mi mirada al reloj de la pared y noto como esta marcando las 12:04am.

Ha terminado mi turno.

Ah, y el de Sunghae.

Reposo la bandeja en una mesa cercana a la barra para luego encaminarme a la parte de atrás del bar, mientras voy caminando desato el delantal que está alrededor de mi cintura y lo cuelgo en una especie de perchero donde corresponden todos los utensilios en el trabajo, siento pasos detrás de mi pero no me alerto, es Sunghae, lo sé porque arrastra los pies de una manera exagerada, aunque no lo comprendo, él solo esta detrás de una barra memorizando pedidos mientras yo ando de allá para acá llevándolos. Podría decirse que a veces llegamos al límite y nos escapamos del lugar antes de la hora, no quiere decir que seamos irresponsables con nuestro trabajo, mas bien creo que somos adictos a él, solo por el hecho de alejarnos de nuestras casas, para por lo menos tomar un respiro y un descanso de nuestra verdadera vida. Como dije anteriormente cuando entramos allí, cambiamos radicalmente, olvidándonos de nuestros problemas y haciéndonos ajenos a los pensamientos que debemos llevar en nuestra conciencia continuamente

Tomo mis respectivas llaves junto con una sudadera que traía para luego dirigirme a la puerta, miro de reojo como Sunghae toma sus pertenencias y se posiciona detrás de mi, abro la puerta y juntos salimos de aquel lugar, ya Noe se había ido unas horas atrás después de haber recibido una llamada por parte de su madre, al contrario de la mía, su madre era atenta con ella, confiaba en Noe, mientras que mi mamá era ajena a las cosas que me sucedían, tan solo los problemas se hubieran esfumado si hubiera obtenido palabras de aliento por parte de ella.

K I M [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora