Oda a la Paz
Doncella ataviada
de seda fina,
falda blanquecina
y su piel bronceada.
Diosa ausente
su cantar silente
un mundo te aclama.
Se enciende la llama
sobre la pradera
florece primavera
de lirios y azahares
Allá se oyen los cantares,
los himnos de victoria
pues en mi tierra la gloria
ondea en blanco el blasón.
Ha triunfado la razón
sobre la guerra nefasta.
Así pues, levanto el asta
y la Paz se enarbola.
La esperanza no baila sola
y el valle no enardece.
El río no se tiñe de carmín,
la discordia a llegado a su fin
y el hombre se engrandece.
