【Angels Of Death: El pasado en el Presente】

【Capítulo 1】

"La chica del piso inferior ha sido seleccionada como sacrificio"

Con un trapo andrajoso limpiaba inútilmente el filo de su hoz. La sangre seca ya era imposible de quitarla con algo tan simple.

"Por favor, comiencen los preparativos en todos los pisos"

¿Prepararse? Ya se encontraba más que listo para desquitarse con la nueva víctima. Desgraciadamente tenía que esperar a que alguien nuevo viniera y así poder disfrutar con tranquilidad de su hobby preferido.

Escuchó con facilidad el sonido del ascensor a la lejanía en aquel desolado silencio de su piso esbozando una gran sonrisa.

"Desde aquí empieza el área de juego"

Esto ayudaría a olvidar aquel estúpido y mal recuerdo. Soltó una risa por lo bajo pensando en la expresión de horror y miedo que tendría la joven - Presa fácil - Recordó gracias a experiencias pasadas en lo frágil que podían ser las mujeres ante el pánico. Pero esta vez no era una mujer, sino una niña la cual se encontraba caminando por las calles creadas para el escenario de aquel piso.

Tenía que encontrar rápido una salida, no quería terminar siendo un insulso cadáver y un simple charco de sangre. Charco similar con el que se había topado detrás de unos caballetes amarillos con negro de prohibido el paso.

- Llegó - Pensó emocionado al escuchar los pasos de la chica más cerca. Colocó la hoz sobre el hombro derecho y la mano izquierda en el bolsillo para comenzar a caminar.

Ella mientras tanto retrocedía con temor un par de pasos por la impresión de ver tanta sangre. En eso escuchó el cantar de un pajarito. Alzó la vista encontrando al animalito en el borde del marco de una ventana rota.

Con cuidado lo depositó en el suelo notando que tenía un ala rota - No te preocupes pequeño - Sonriendo sacó de su bolso un kit de costura y con extrema delicadeza cosió la herida - Listo, como nuevo - Lo observó inspeccionar su ala y luego saltar algo lejos de ella - E-espera -

Lo siguió y cada vez que estaba cerca volvía a escaparse. Era peligroso que continuaran ahí, así que cuando él se detuvo flexionó ambas rodillas quedando cerca del suelo mientras estiraba su mano.

- Ven conmigo. Salgamos juntos de aquí, ¿si? - El pequeño pajarito la miró ladeando ligeramente su cabeza. Ella sonreía para transmitirle confianza, pero su sonrisa duró muy poco.

En una fracción de segundos, los tablones de madera a un lado de ella que tapaba lo que sería la entrada a ese edificio, fueron rotos y el pobre pajarito mutilado ahora habiendo un charco de su propia sangre.

Llevó la mirada cargada de sorpresa y miedo hacia arriba observando al causante que reía de una forma histérica - Esa es una mirada muy satisfactoria - Su expresión era tétrica al igual que esa sonrisa - Pero ahora se convertirá en una llena de desesperación -

Lo miraba perpleja. Estaba por morir, iba a acabar igual que ese pobre animalito o muchísimo peor. Su cuerpo temblaba y para colmo no lo sentía suyo, como si éste fuera de alguien más.

El muchacho de cabello negro alzó la mano izquierda levantando tres de sus dedos vendados - Tienes tres segundos - Habló con su tono de voz rasposa disfrutando cada pequeño momento - Así que aprovechalos e intenta huir de mi -