Noviembre, 2012
Conseguí llegar a la plaza del ayuntamiento por curiosidad, y digo por curiosidad ya que no me costó nada perderme por las empedradas y estrechas calles sin ningún tipo de iluminación. Recuerdo bien como las atravesaba casi corriendo, por el temor que me causaban las sombras que veía en las esquinas.Parecían una manada de monstruos esperando pacientemente a que pasara a su lado, esperando al momento justo...
En cuanto vi el edificio del ayuntamiento con la ventana del segundo piso iluminada, me acerqué rápidamente y empecé a golpear la puerta hasta que me abrieron.
La cara arrugada y sonriente de una ancianita se asomó.- Hola querida, ¿qué deseas?- me dijo con un tono afable.- Hola buenas noches.-la respondí.
Buenas noches, ¿qué deseas?- volvió a preguntar.
-Venía por lo de la beca...- ¡Ah, sí! Pasa pasa, te estábamos esperando querida.- Se dio la vuelta y empezó a andar.- Sí-gue-meee- casi pareció que lo cantase.La acompañé por un largo y amplio pasillo de mármol con paredes decoradas por puertas cerradas- imaginé que serían los despachos de la gente que trabajaba allí- y retratos algo desgastados de personas que debieron ser importantes alguna vez.
¿Cuál era tu nombre querida? ¿Jennifer? No, no no... ¿Janice? No, ese tampoco...- La noté preocupada.
- Jess; me llamo Jessica señora, Jessica Woods.
- ¡Eso! Lo tenía en la punta de la lengua. Hola Jessica, yo me llamo Muriel, encantada. Bueno querida, tendrás que perdonarme, mi cabeza ya no es lo que era...- No se preocupe, no pasa nada en serio- la noté un poco deprimida e intenté animarla como pude.
Seguimos avanzando por el edificio hasta encontrar unas escaleras de roble marrón oscuro. Subimos hasta la segunda planta y caminamos durante un par de minutos hasta llegar a una puerta cerrada con una placa en el centro en la que ponía "borgarstjóri".- Verás querida, mi marido es el alcalde de este pueblo y últimamente esta un poco... distante- ¿Cómo distante?.- Si bueno, ya sabes, la edad y eso.- Por su tono, hubiera creído que se tratase de algo más, pero no pude comprender por qué no quiso decírmelo.
Abrió la puerta y lo primero que vimos fue una habitación bien iluminada con una chimenea encendida en un lateral de la sala y un escritorio al fondo, sobre el que estaba apoyada la cabeza de un hombre mayor, aunque de complexión fuerte.- Parece que se ha vuelto a quedar dormido- dijo la anciana- ¡Ay que ver! Jacob, Jacob- le susurró al anciano al oído.
¡Hmfp! Ah sí, buenas noches, ¿ha llegado ya la nueva vícti... digo... la inquilina?- De pronto la expresión de la anciana se tornó mucho más inquieta- Eh... sí, sí aquí está, justo en frente de ti.- ¡No me digas! Perdona querida, justo después de una buena siesta necesito algunos minutos para volver a ser persona ja,ja,ja- le noté algo nervioso.
-No se preocupe- parecía buen hombre así que no le di demasiada importancia.
Se presentó y justo después me entregó un taco de folios con las normas que debería cumplir para no perder la beca que me había proporcionado el estado. Por lo visto, tenía toque de queda y no podría hacer mucho ruido después de ciertas horas- Algo que no me pareció extraño estando en un pueblo pequeño en el que los habitantes necesitaban descansar para cumplir con sus labores correctamente.
Además, no había cobertura en todo el pueblo excepto en el ayuntamiento, por lo que si quería llamar tendría que andar 15 minutos desde la casa en la que me alojaría.
Algo que me resultó extraño fue el hecho de que no se pudiese silbar por la calle cuando no hubiese luz.- Eso es por los cazadores, si no quieres perder ninguna de tus bonitas extremidades, te recomiendo que no lo hagas- dijo con seriedad el alcalde cuando le pregunté por la extraña regla.- Y... ¿Qué se supone que es aquí un "cazador"?- casi ni me atreví a preguntarle.
Jacob, ¡no asustes a la invitada con esas tonterías!- la anciana se enfadó con su esposo.- Tendrás que perdonarle querida, él siempre es así de... gracioso.
Esa naturalidad que desprendían y el entorno acogedor hicieron que me sintiera mejor, algo que agradecí.Me acompañaron a la casa en la que me tocaría vivir durante los siguientes 5 meses. Era grande para que viviese allí dentro una sola persona, pero al mismo tiempo resultaba bastante acogedora, cosa que como en el despacho del alcalde, volví a agradecer.
El alcalde me dio un llavero con la llave de la puerta principal y otra llave que servía para abrir el buzón según me dijo y me explicaron que al día siguiente, más o menos a las 8:00 de la mañana pasaría un autobús por la parada en la que me había dejado hace unas horas, el cuál me llevaría al instituto y me recogería sobre las 6:00 de la tarde para volver a traerme al pueblo.
Después de aclarar todos esos detalles nos dimos las buenas noches y pude observar como se alejaron en silencio hasta desaparecer en la oscuridad. Volví a entrar entonces en el domicilio y llegué hasta la habitación donde iba a dormir. Parecía tener todo lo que necesitaba: una cama con sábanas limpias, un baño con bañera solo para mí y un escritorio con lamparita y todo.
Nada más entrar deshice la maleta, me di un baño caliente, me puse el pijama y me rendí al sueño en pocos minutos. Había sido un día muy largo y estaba destrozada física y mentalmente.
A la mañana siguiente me desperté algo confusa. Tenía la sensación de haber soñado que algo, más bien alguien golpeaba la puerta de la casa y arañaba con fuerza las paredes- no puede ser real- me dije, pero había sido tan real que no sabía bien qué pensar.
Me vestí con un pantalón vaquero largo ajustado y una sudadera de color azul claro con un logo en el centro que me había regalado mi tío años atrás cuando volvió de un viaje que hizo a Filipinas; desayuné unas tostadas con mermelada y salí a la calle.
No es que hubiese mucha luz, pero era suficiente para ver dónde me encontraba. Primero me aseguré de que lo que había "soñado" no fuese real.- Vale, todo parece en orden- no había ni arañazos ni marcas de ningún tipo en la pared. Respiré aliviada y comencé a caminar en dirección a la parada de autobús mapa en mano para evitar perderme otra vez. Iba recordando el camino para poder hacerlo de vuelta cuando la visibilidad fuese casi nula.- Bueno... 3 giros a la derecha, otros 2 a la izquierda y luego todo recto- intenté memorizarlo todo.
Llegué por fin a la parada, en la que me esperaba un bus escolar bastante viejo, el cual me tenía que llevar al instituto donde daría las clases.- Hola- saludé al conductor sin mirarle y cuando este me devolvió el saludo, me di cuenta de algo un tanto perturbador: era el mismo conductor que me había traído al pueblo la noche anterior.
- Por lo que veo has logrado sobrevivir a tu primera noche... eso es algo bastante interesante... sí, muy interesante...
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Silbando En La Oscuridad
Mystery / ThrillerLa vida de Jess es estupenda, unos amigos que la quieren, una familia que la adora y un futuro realmente prometedor, tanto que ha recibido una beca para estudiar en el extranjero. En definitiva, una gran vida. O eso pensaba ella... Una oscuridad per...