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Otro día de escuela, ahg que aburrido. No me malinterpreten, me gusta ir a la escuela pero no me gusta la escuela, no me hagan caso. Yo me entiendo, en fin.
Voy caminando por los pasillos y me encuentro con Rj de hecho me estaba esperando en mi casillero, desde ese día nos llevamos un poco mal, solo un poco.

*Si. Claro, un poco*

- Hola idiota - dije, lo miré a los ojos.

Jay tiene unos ojos marrones hermosos los cuales no puedo dejar de mirar.

- Hola chico trasero. -

Lo fulminé con la mirada, odio que me llame así y él lo sabe por eso lo hace, ese apodo es estúpido.

- ¿Qué se te ofrece?.

- Pues... Solo vine a verte.

- Si claro, ¿qué quieres?.

- Ya lo dije.

Sé que está mintiendo, lo miro entrecerrando los ojos.

- No tengo tiempo, dilo y lárgate.

- ¿Por qué me conoces tanto?- frunce el ceño.

- No lo sé.

- Tienes el honor de ser invitado a mi fiesta de cumpleaños.- dice con una gran sonrisa.

- No.

- ¿Qué?.

- He dicho que no, gracias.

- ¿Por qué? ¿por qué me rechazas, amor mío? yo que te amo tanto.

- En serio, a veces me das miedo.- Lo miro raro.

En el poco tiempo que lo conozco, sé que al comienzo es una persona seria pero en realidad no es así, es un estúpido bromista y me cae mal.

- Ya en serio, ¿vienes a mi fiesta?.

- Claro, te veo ahí.

En serio, este tipo me cae mal.

XX.
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