2.

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La música sumba en mis oídos, odio eso, odio salir de mi casa, odio las fiestas y Rj viene hacia mi. Si, lindo día.

Lo curioso es que no hay nadie y yo no puedo dejar de mirar sus ojos.

- ¡Chico trasero! No pensé que vendrías.- Apaga el reproductor de música.

- ¿En serio? Te dije que vendría, idiota. Yo cumplo mi palabra.

- Lo sé, lo sé. Nunca lo olvidarás ¿no?.

- Nunca.

- Ya te dije que lo siento, muchas veces.

- Y yo te dije que no te perdonaría, muchas veces.

- Ya, ven acompáñame.

Se preguntaran como llegé aquí, pues... vengo a su casa seguido, bueno, no tan seguido. Resulta que a los profesores se les ocurre ponernos en equipo para los trabajos, no sé por qué al igual que tampoco sé por qué Rj me jala hacia el comedor.

- ¿Qué te pas...-

Me quedo mudo al ver a sus padres sentados mirándonos y lo peor es que Rj sosteniene mi mano.

Esto no se ve bien, ¿no?.
No puede ser peor.

- Mamá, papá, les presento a mi novio.

Definitivamente, me equivoqué.

XX.
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