Strange Guys.

Prologo

Alonso no es el chico más tolerante que exista, llevaba un año viviendo con Louis y aun así lograba estresarlo.

—¡Louis! Te he dicho que no dejes tu ropa regada —gruñó el castaño.

Lo que necesitaba en estos momentos era que su amigo tan siquiera cooperará para limpiar, pero siendo Louis alguien tan energético, lo único que sabia hacer era ensuciar mas de lo que deberia.

—Ya, ya. No te esponjes, pitufino-Rió Louis pasando ambos brazos por los hombros de su amigo—Lo puedo hacer más al rato.

Ciertamente siempre olvidaba hacerlo, así que no tenía excusa.
Aunque admitía que siempre le daba cierta gracia ver a Alonso alterarse solo por eso.

—Te recuerdo que eres igual de enano que yo, así que solo haz lo que te digo por una vez en tu vida —suspiro.

Un día de estos Louis le sacaria canas verdes, eso esta clarísimo, pero es su amigo y siempre puede soportarlo.

—Soy un centímetro más alto que tú-Hizo un puchero recogiendo toda la ropa en una gran bola y sin cuidado.

¿Cuál era la sucia y cual la limpia?

—No uses tú ternura a favor —frunció el ceño.

Tan siquiera sabia cual era la limpia y cual era la sucia.

—Tu amas mi ternura-Se defendió dirigiéndose al bote de ropa sucia en su recámara.

—A veces me pregunto como es que te soporto —rodo los ojos.

Odiaba cuando su amigo hacia eso, pero lo queria.

Louis tomó un bóxer suyo y se lo lanzó a Villal directo a su cara.

—Seh. Amas que te joda con mis idioteces, admite eso-Le guiñó un ojo antes de correr hacia su baño para ducharse antes de que su amigo le tirara un buen zape.

—¡Eres un... AAAGH!

Sí definitivamente ese seria un día normal para ese par de amigos.

∈∋∈∋∈∋

—Jos, ¿por qué sigues viniendo a mi casa?-Preguntó el rizado a su amigo de la infancia.

El pelinegro le lanzó una breve mirada confundida.
Ambos se encontraban en el jardín, Harry estaba arreglando las rosas que estaban marchitando.

—¿Te molesta?-Le dijo.

—A mí no, pero siempre que vienes mi mamá te trata mal-Explicó con una mueca—¿Eres masoquista o algo?

Jos lo penso por un momento.
El rizado tiene razón su madre siempre lo trata mal, pero la verdad eso le dá igual, le gusta estar cerca de su único y mejor amigo de la infancia.

—Sabes que me importa poco lo que tu mamá diga o haga, me gusta estar contigo —le regala una de sus típicas tiernas sonrisas.

El ojiverde rodó su mano en un círculo invisible.

Agua formada en tres líneas ovaladas frente a su amigo.

—Haber vuelve a decir eso-Retó burlón antes de tronar los dedos haciendo que el trío de agua fuese a dar al rostro de Jos.

—Eres malo, Hazz —dice mientras se limpia el rostro—. Pero ni eso me hará cambiar de opinión —se cruza de brazos.

—Pongamos a prueba tu cariño por mí-Finge estar serio.

Hace levantar un poco de la tierra que estaba en las rosas. Una vez frente a su amigo hace que un viento fuerte la aventara hacia Canela.

—Ya que eres mi único amigo, y la única persona con la que fui capás de socializar por voluntad...-Formó otro circulo con su mano derecha posando una gran bola de agua que terminó en el cuerpo de Jos—Te limpié la cara, Josesito.