Capítulo 8

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Desvié la mirada de donde estaban. La escena es simplemente subrealista. Parece como si Yamamoto estuviera sosteniendo un globo que está apunto de estallar y este, representase su ego.

Mejor no prestarle mucha atención, tampoco es como si tuviera que trabajar con ella, soy el chico de los recados después de todo.

Con ese asunto ignorado y resuelto, seguimos con el proyecto que teníamos en mano bueno, que tienen ellos. A mí no me dejan participar mucho que digamos y si es así, me mandarán a recoger materiales o a ayudar con el atrezo.

De momento, estamos bien de tiempo. El festival de puertas abiertas será dentro de cuatro semanas, tienen hecho el guión y están decidiendo a los personajes y quienes se encargarán del mantenimiento, luces, decorado y a quien le van a echar la culpa si algo sale mal.

Me apuesto lo que quiera, a que salgo yo, por el simple hecho de que si sale algo mal, poder cargarme el muerto. Tal vez todo lo que estoy pensando suene cruel por parte de Aoki-sensei, pero la realidad es esta.

-Yushi-kun, me gustaría que te encargaras de los atrezos y de supervisar todo- sonrió la profesora.- Es una tarea muy importante, por favor, asegúrate de velar de que todo este en su sitio y no haya ningún inconveniente. Es importante para todos.

-¡Aoki-sensei!- Saltó un alumno de repente.- Por favor no se preocupe, daremos lo mejor de nosotros para que todo salga como usted quiere- gritó el estudiante, a la vez que se ponía en pie y a su vez iba acompañado de un coro de alumnos que decían lo mismo.

-Oh... Sí- asintió complacida y con una sonrisa cálida dijo- Chicos y chicas, hagamos que las demás clases vean que hemos trabajado duro y que de ahí es de donde se consiguen los frutos del éxito- habló con dulzura y sin pausa. No vaciló en ningún momento, parecía que en verdad quería que todos pensaran en alcanzar lo máximo de sí mismos y sobrepasar sus límites como equipo, sin duda, un microdiscurso conmovedor y motivacional,

Sin darme cuenta, tocó la sirena para anunciar la hora de la comida. Eran estos pequeños momentos de paz y aire fresco en los que tenía libertad y no estaba atado a lo que Aoki-sensei me mandaba a hacer. No puedo irme muy lejos, por temas de que se tarda en llegar a una clase que está de las últimas y en dirección opuesta de la mía, por ello me voy casi siempre al ático donde encontré aquel día la a Chiaki y su enfermedad y donde sigo viéndome con él de vez en cuando. Le cuento como voy con el proyecto y viceversa, siempre me está dando ánimos y pequeñas gotas de paciencia para poder soportar el día.

Estoy contento de que hay alguien a parte de los alumnos que sabe como es Aoki y los extremos que pueden llegar a tomar algunos de nuestros compañeros por ella. Como aquel día que fue atacado por la alumna debido a la oscuridad que se había formado y todo el proceso que tuve que hacer para que su hemorragia parase, tiene un muy buen instinto. Cosa que admiro de él.

Subí a la parte que sobresalía del ático, esperando a encontrármelo allí. Pero esta vez no estaba, por lo que me quedé comiendo tranquilamente mientras Fool me contaba más sobre el libro. A cada momento que sigo escuchando cada palabra que sale del pájaro, más emoción tengo. Quiero volverme más fuerte, si sigo a este ritmo tal vez nunca llegaré a ser tan bueno como Ryu.

¿Y si sus expectativas se vuelven decepciones? No soportaría el hecho de ver la cara de Ryu-san envuelta en en un aura de decepción y pena. No tendría la suficiente voluntad como para volver a mirarme a un espejo por mucho tiempo. Espero no experimentar el dolor que se siente al ver que hallan tenído ilusiones en tí y por un flaqueo que tuviste por un momento, eches a perder todo eso.

-Amo.

-¿Que quieres, Fool?

-Solo para que lo sepa, puedo leer su pensamiento y está equivocado. Ryu-san no es considerado uno de los magos más poderosos solo por su enorme capacidad en la magia. Todo el mundo es bueno con él porque sabe transmitir tranquilidad y serenidad a los demás. Es raro verlo enfadado o decepcionado y más si es con usted, su mejor discípulo.

Las palabras que salen de este loco son verdad, tampoco debería haberlo pensado tan a fondo. Pero, no puedo quitarme ese pensamiento de la cabeza... Es asfixiante y frustrante, no lo soporto...

-¿Amo? ¡Tranquilícese! Hay demasiada oscuridad  recorriéndole, es malo para su concentración y-

-¡Cállate!- sentencié. Estoy pensando, intento dejar de hacerlo pero tan solo no puedo parar.

Nunca he sentido tanta asfixia, es insoportable. ¿Qué me esta pasando? Una cantidad de pensamientos negativos llegan y van, torturando mi mente; mis padres, Hase, Chiaki, Ryu-san... todos ellos esperan algo de mi. ¿Qué puedo hacer?

-¡Inaba-kun!

Desperté como si la realidad me golpease en la cara.- Chiaki-sensei...- su potente voz me sacó de mis pensamientos. Ahora que lo replanteo él ¿qué opinará de mí? Expectará alg-

-Ven un momento.

Ah, es cierto, estoy en clase. Estamos en un proyecto para nota. Estoy en la realidad.

Salí con dificultad de la clase. No la he visto, pero puedo asegurar que Aoki-sensei no me quita la mirada de encima.

-Inaba... ¿te encuentras bien? Estás pálido- me miró preocupado. ¿Tan mal aspecto tengo?

-Estoy perfectamente, tan solo pensaba- intenté sonar lo más natural posible añadiéndole una sonrisa para ser más creíble.

-Mm... ya veo. Tan solo quería decirte que después de clases vayas a la mía. Tengo que hablar contigo.

-¿Eh?

Indeciso hasta la médula/ Yaoi/ Youkai ApartamentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora