Capítulo II

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Me encontraba sentada en el taburete de la cocina del apartamento donde vivíamos Madi y yo. No era muy grande, pero tenía lo necesario, era cómodo y muy bonito, contaba con dos habitaciones, un baño, una pequeña sala-comedor y la cocina, la última era la que mas destacaba, con sus colores llamativos, rojo y negro, sin duda era elegante y llamativa.

Las agujas del reloj no paraban de sonar en el silencio sepulcral que me encontraba, indicándome que se acercaba mas la hora. Las ansiedad me carcomía y la preocupación abría paso con cada segundo que pasaba, y no era solamente por aquella extraña mujer y su cita, sino también por la ausencia de Madi.

5 horas antes

Después de quedarme paralizada, habían llamado por la bocina nuevamente, indicándome que era mi turno, acudí lo mas rápido posible a pagar ¿razon? Quería correr al estacionamiento a buscar a esa mujer y hacerles unas cuantas preguntas que se me habían ocurrido después del trance y eso hice. La busque desesperada por todo el lugar y no la encontré a pesar de mi esfuerzo, parecía que se había esfumado o la tierra se la había tragado... O algo mas lógico, quizás se había solo ido en su carro.

Ya dada por vencida, fui a comer a McDonald's, todo esto, me había dejado hambrienta. Hambre que tenia desde horas atrás, pero que no me había obligado a sastifacer, hasta ahora.

Monótonamente pedí una hamburguesa de pollo, una ración extra grande de papas y una Coca-cola. Me senté en unas de las mesas rectangulares que contaban con una ventana, así podía ver al exterior y apoye los codos en está mientras comía mi hamburguesa. Visualice nuevamente el local, recorriendo con la mirada cada detalle, había venido muchas veces desde que me mude, pero la primera vez me encontré con una peculiaridad que lo diferencia de los otros, este no era colorido, su gama de colores no era el típico rojo y amarillo que lo caracterizaba, sino era suplantado por el negro y el gris. Era súper extraño, pero desde que lo vi me encanto y no especialmente por su comida.

Un chirrido proveniente de la puerta se escucho en todo el lugar.

Las personas que se encontraban ahí, que ahora que me daba cuenta no era muchas, voltearon con curiosidad, incluyéndome. Por ella entraba un chico con un aura de superioridad, portaba toda su vestimenta negra ( hasta donde yo podía ver), su piel era entre blanca y morena, un termino medio inigualable, su cabello era de color negro y sus ojos hacían juego con el, en su ceja izquierda tenia una pequeña cicatriz, su nariz era respingada y ni hablar de sus labios... Eran carnosos y rosados, que provocaban moderlos continúamente.


¡Dios me libre del pecado!

Su rostro en 5 palabras era: perfectamente tallado por los dioses.

Era definitivamente agradable a la vista de cualquier mujer... Oh!!! Y hombres en algunos casos.

Creo que se percató de mi mirada "disimulada" (no disimulada), porque segundo después lo encontré dirigiendo su mirada hacía mi.

Oh diosito.

¡OH DIOSITO!

Rápidamente voltee a la ventana y fingí ver una mosca que volaba por ahí. No me atreví luego de eso a levantar la mirada, me concentre en solo comer y terminar mis papas.

Hasta minutos después que escuche unos pasos acercarse y un peso caer en la silla que se encontraba en frente de mi. Separandonos solo una mesa de por medio, cosa que agradecía a yisus infinitamente.

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2018 ⏰

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