Narrador Omnisciente:
Allí sentada mientras juega con sus manos, Sophie no puede evitar quejarse internamente y hacer una rabieta cual niña caprichosa.
¿Por qué? Sus padres, ya cansados de su actitud decidieron mandarla a una Academia para chicos "talentosos" en Los Ángeles, California.
Para lo único en lo que soy talentosa es en causar problemas -pensó-
Sus padres esperaban que una vez allí todo su "ataque de rebeldia" -según su madre- mágicamente desapareciera.
Pff, que ingenuos eran sus padres.
Lo bueno, es que al fin podría alejarse de todos los problemas y recuerdos que no la dejaban en paz.
—Pasajeros del vuelo 321 con destino a Los Angeles, California por favor comenzar a abordar —anunció una voz chillona por los parlantes.
Sophie, con tremenda pereza se levantó, botando a la basura el envoltorio de un brownie que le había comprado su madrina horas antes. Tomo sus maletas lista para abordar y se acercó a sus padres.
—Que tengas buen viaje hija, te aseguro que esto lo hacemos por tu bien —dijo su madre intentando retener las lágrimas que amenazaban con salir. Su esposo se acerco a ella y la abrazo por la espalda para intentar reconfortarla.
—No queremos que estes tan lejos de nosotros, pero queremos que seas feliz y si este es el precio que tenemos que pagar pues que así sea. Nunca dudes que te amamos y que queremos lo mejor para ti —le dijo su padre mirandola con ternura.
—Lo sé —dijo con una media sonrisa.
Sí, estaba molesta con ellos, pero aún así sus padres y ellos no tenían la culpa de todo lo que le estaba pasando.
—Pasajeros del vuelo 321 con destino a Los Angeles, por favor comenzar a abordar. Esta es su última llamada —solo bastó eso para que su madre rompiera en llanto.
Sophie se acercó a sus padres y los abrazó con fuerza mientras les decía en el oído lo mucho que los amaba. Su padre, después de que el abrazo familiar terminó; la observó con inmensa ternura, la acercó a su pecho por última vez, dejo un beso en su cabello y cuando la soltó, le sonrío con lágrimas en los ojos.
Una sonrisa que decía más que mil palabras.
Sophie toma sus maletas -otra vez- cuelga su mochila en su hombro y tras dedicarle una pequeña sonrisa a sus padres entrega su boleto para abordar.
~♤~
Ya en el avión, los nervios por comenzar una vida lejos de su país natal no dejaban a la pobre Sophie en paz. Movia su pierna derecha de arriba a abajo con rapidez, sus manos sudaban en su regazo y aunque Sophie trataba y trataba no podía conseguir una posición cómoda en la cual recostarse en el asiento e intentar descansar hasta que llegara a suelo californiano -si es que eso es una palabra-
—Señorita, ¿se encuentra usted bien? —le pregunto una azafata tras ver los movimientos extraños de la muchacha.
Sophie se giro hacia ella y por primera vez en mucho tiempo, se sonrojó.
—Sí, sí, estoy bien, gracias —dijo con un hilo de voz. La azafata la miraba ahora con preocupación.
—¿Esta segura? ¿No quiere que le traiga agua, algún bocadillo, una pastilla o algo? —preguntó tan rápido que si no fuera porque Sophie hablaba así cuando estaba nerviosa no la hubiera podido entender.
—No, no, tranquila —contestó Sophie intentando tranquilizarse—. Sólo que estoy nerviosa, esta es la primera vez que viajo y le tengo un poco de miedo a las alturas —todo eso era cierto, pero no era la verdadera y principal razón por la que estaba nerviosa, pero claramente no se la iba a decir a una completa extraña, ella no estaba tan loca.
—¡Oh! —la azafata respiro aliviada para luego sonreírle un animada—. Tranquila, no hay nada que temer, el capitán es muy bueno en lo que hace —dijo y Sophie sospechó que la azafata se estaba refiriendo a otra cosa, pero no indagó más sobre el tema, ciertamente eso ya era mucha información para ella.
—Que bien —dijo incómoda para luego añadir—. Ya no siento mas nervios, en lo absoluto —respondió con sarcasmo, y era cierto, ahora lo que sentía era asco. La azafata sonrío.
—Me alegra escuchar eso, ¡que disfrutes el viaje! —dijo risueña la azafata antes de marcharse con una sonrisa gigante en su rostro, como si hubiera obtenido un gran logro. Sophie rodó los ojos.
Tomó la mochila y comenzó a buscar su teléfono y cuando lo tuvo en sus manos lo abrazó contra su pecho como si fuera un bebé. Unos minutos después de su emotivo abrazo con su telefono movil, buscó los audífonos y los conectó. Tomó los auriculares para colocarlos en sus oídos lista para reproducir su música favorita y ver si los nervios por fin se disipaban, pero una voz masculina la interrumpió.
—Disculpa, ¿está ese asiento ocupado? —preguntó el chico un tanto incómodo.
Esto debe ser una broma -pensó-
Sophie giro su cabeza lista para soltar unos cuantos insultos al idiota que acababa de interrumpir su momento de paz, pero cuando vio al chico su voz desapareció, su garganta quedo completamente seca y sus ojos casi se salen de sus órbitas.
Sophie no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, eso debía ser un sueño, o mas bien una pesadilla.
Él estaba ahí, frente a ella, luciendo igual de guapo como cuando lo conoció.
Era él, Asher.
Su ardiente ex novio.
ESTÁS LEYENDO
¿Vivir...con él?
Teen FictionSophie Bennet es una chica hermosa, inteligente, peligrosa, orgullosa pero sobretodo fría, fría como el invierno. Nadie sabe qué la hizo convertirse en la chica que es ahora. Ella siempre ha buscado maneras de superar su pasado pero esa voz maligna...