Desert Rose

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Estaba caminando, lentamente

sobre una arena ardiente

de un desierto tórrido

seco, sin vida y desolador.


Parecía que intentara escapar

de una muerte no muy lejana

caminando, alejándose

de ningún sitio en concreto

sin saber a dónde se dirige

ni en que dirección continuar

para poder llegar a algún sitio.


Entonces creyó ver un espejismo,

un oasis inmenso, con una gran charca

con palmeras y cactus, rodeado

de palmeras que sombrientaban

gran parte del oasis.


Se alejó del oasis,

ni siquiera se acercó,

simplemente lo visualizó;

lo sintió, pero no lo creyó.


Entonces fue cuando,

tumbado cerca de un esqueleto

de un ñu pudriéndose,

con la cara mirando al oasis,

a unos cuatro metros de distancia;

y con su cantimplora vacía,

agujereada, oxidada

y su mochila casi desintegrada

por el calor tórrido del Sahara,

encontraron su cadáver,

intentando beber del oasis.

Aquello que te escondíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora