C I N C O

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El ambiente era de lo más tenso en aquel momento, se podía inhalar nerviosismo y desconfianza. Los árboles seguían llorando hojas de colores amarillentos y esmeraldas  mientras que el vientos los azotaba con poca intensidad. El suelo del bosque del norte estaba cubierto de aquellas hojas otoñales, un suelo algo parecido a una alfombra en aquel momento.

MinSeok sentía como todo transcurría en cámara lenta, como si JongDae fuera a estar en manos del otro vampiro por un tiempo infinito y él estuviera obligado a mirar para toda esa eternidad. Al más pequeño le caían lágrimas por los ojos que en ese momento transmitían miedo; estaba asustado. Quizá, si mañana JongDae seguía vivo, se avergonzaría de haber llorado en vez de  haberse enfrentado a aquel ser de la noche.

—ChanYeol, te pido disculpas, él... no sabía nada de nuestro acuerdo —el vampiro de cabello invernal se osó a hablar firmemente en aquella situación, aunque mil sentimientos invadieran su interior— perdónale la vida por esta vez, lo suplico.

MinSeok estaba suplicando, suplicando por la vida de una raza contraría. El vampiro estaba suplicando el perdón de una vida licántropa, una vida casi ajena; estaba suplicando por JongDae. 

—¿Desde cuando suplicas por vidas de alguien como él? —ChanYeol agitó levemente a JongDae, el cual cerró los ojos de horror— son nuestra comida.

—No Yeol, son tu comida, vuestra comida. Él es mi compañero, es mi... amigo —tragó saliva— y espero que no toques ni una gota de su sangre o no volverás a ver la luna nunca más.

ChanYeol rió ironico. ¿De verdad había sido eso una amenaza por parte de XiuMin? El pelirrojo no se creía lo que veían sus ojos, mucho menos lo que sus oídos habían escuchado previamente. 

MinSeok, por su parte mantenía la calma por fuera, al menos lo intentaba. No estaba a dispuesto a irse de ahí, menos sin JongDae entre sus brazos. ChanYeol no iba a llevarse al beta, no señor.

—Teníamos un trato pequeño XiuMin, ¿tan difícil era cumplirlo? —suspiró ChanYeol, que para el asombro del vampiro y del beta, soltó de golpe el cuerpo de JongDae— hay unas normas, ¿recuerdas? Vosotros mismos aceptasteis.

Al segundo que ChanYeol decidió soltar al pequeño licántropo, el de ojos almendrados corrió hacía él para poder atraparlo entre sus brazos. JongDae no dudó ni un segundo en corresponder el abrazo. Se sentían tan bien entrelazados que no querían que ese cálido abrazo tuviera fin.

JongDae verdaderamente no quería soltar a Minseok. Su aroma era lo más agradable y acogedor que había, y aunque la piel del mas pálido estaba completamente helada, no le importaba. Nada ni nadie importaba en ese momento. Porque todos los polos opuestos tendían a encajar, a atraerse. Porque algo tan frío y algo tan cálido podía formar una perfección absoluta.

Después de una inmensidad de tiempo y de que incluso ChanYeol pensara que ese abrazo llegaría ser infinito, MinSeok y JongDae se separaron, pero mantuvieron las distancias cortas.

—Te vuelvo a repetir que él no sabía nada, te prometo que me encargaré de que no vuelva a pasar —el de cabello invernal miraba con seriedad al mas alto de los tres.

—Más vale que así sea, la próxima vez no dudaré ni un segundo en llevarmelo, y no será de acampada —el pelirrojo arrugó su nariz y los miró una última vez de manera seria— que lástima, a Baek le encanta la carne joven —y después de esto, el vampiro desapareció entre los árboles del bosque a la velocidad de la luz.

El silencio reinó otra vez en el lugar. Ninguno se atrevió a decir una sola palabra, solo miraron el suelo callados. Se oía el sonido de las ramas por el viento y era notable que pronto iba a anochecer, era otoño. 

Moonlight blood [C H E N M I N ] © (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora