D O S

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El reinado de Exodus volvía a estar en un completo e inmenso silencio; si no fuera porque los habitantes en él fueran vampiros, cualquiera pensaría que estaban dormidos.

Por otra parte se encontraban nuestros tres licántropos, recién salidos del gran castillo, después de una larga y exhaustiva conversación; en el caso de KyungSoo, se trataba de una seria discusión.

Habían pasado casi toda la noche dentro del castillo que no se habían percatado de la presencia del amanecer. Ninguno sabía con exactitud qué hora era, ni siquiera cuántas horas había pasado desde que se ausentaron de su manada; lo único que sabían era que el amanecer ya había salido, y que decoraba el cielo de la manera más hermosa.

JongDae adoraba los amaneceres, aquellos amaneceres como los de esa mañana. Ésos de colores anaranjados que por un corto tiempo se volvían rosados. Ésos qué hacían que la tierra pareciese el lugar más hermoso, tranquilo y agradable de todo el universo. Ésos simples y perfectos amaneceres.

─Creo que hemos tenido suerte, si no fuera por ese tal MinSeok no creo que hubieran aceptado ─SeHun decidió ser el primero en entablar una conversación en todo el camino a casa. Bueno, ya no podía ser llamada casa.

Lo que decía el mayor de los beta era cierto; KyungSoo no estaba a la labor de dejarlos entrar en el castillo y LuHan dudaba muchísimo sobre ello. Dejarlos entrar en el reinado era mucho peligro a pesar de todo. Pero MinSeok lo consiguió. Consiguió que los licántropos tuvieran un hueco en el reinado, pero cualquier problema, disgusto o cualquier horror que pase en el reinado, todo, exactamente todo, sería responsabilidad suya.

─Creo que MinSeok se ha jugado el cuello ─dijo esta vez el alphaasí que espero que no hagáis ninguna tontería o estaremos muertos.

JongIn tenía razón.

─No creo que sea de mí del que debes preocuparte ─el beta miró al pequeño JongDae señalándolo de esa misma manera.

El pequeño de los betas, percatandose de las miradas de sus mayores, los miró y bufó. Siempre el problema era él. Lo trataban como a un miserable crío, pensando que arruinaría todo, que no se sabía comportar o incluso que seguía siendo un niño de 5 años.

─Dejad de mirarme, sé perfectamente lo que tengo y no tengo que hacer ─suspira mirando a JongIn─ ¿Acaso no confías en mí en estas alturas? Ya tengo 18 Kai, no soy el cachorro que te encontraste hace 3 años.

Y era cierto, ya no era un pequeño cachorro, había crecido. 

JongDae le puso el apodo de Kai, puesto que el nombre del alpha era parecido al suyo y no quería que hubiera más Jong's que él. Gracioso, pero cierto. Tenía 15 años y aún no sabía donde estaba metiendo.

JongIn sabía a la perfección que ya no estaba mirando ni hablando con el mismo chico de pelo negro de hace 3 años. Sabía que había crecido, que a pesar de todo había madurado y aprendido mucho, pero seguía siendo su más preciado cachorro.

─Sólo quiero que estés bien, que no te pase nada ─le miró a los ojos─ ni a ti, ni a nadie ─respondió sinceramente el mayor.

SeHun, como toda la manada Unfair, sabía a la perfección el afecto que JongIn tenía hacía JongDae, puesto que él también le había cogido cariño. Era cómo el hermano menor que jamás había tenido, pero que siempre había deseado.

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Por fin llegaron, después de una larga noche. Toda la manada Unfair se levantó nada más verlos entrar a la zona, por el bosque que los separaba de los reinados de la noche y demás manadas.

Moonlight blood [C H E N M I N ] © (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora