7. Memento mori

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MALFOY MANOR

TIEMPO PRESENTE

Harry tenía un persistente sentimiento de encontrarse perdido, el cual ofuscaba su razonamiento gran parte del tiempo. Pero milagrosamente, su estancia en la Malfoy Manor le permitía tener destellos de luz y clarividencia en su mente que se manifestaban como recuerdos de su paso por tal casa durante la última guerra mágica. Estos recuerdos entrelazaban el pasado de él y Draco en sus adolescencias.

El consultorio privado del Dr. Malfoy se encontraba en su misma mansión. Una idea de su madre, quien planteó que tal oficina serviría únicamente para aquellos pacientes de clase alta y sangre pura que no deseaban relacionarse o compartir  con los magos que no se encontraran a su nivel; los mestizos, los hijos de muggles, e inclusive los "traidores a la sangre". Pero después de la depresión de Draco y su malogro en su vida personal, había sido repudiado por los mismos que buscaban cierta exclusividad con los servicios de él.

El doctor había pensado que la privacidad del consultorio haría más manejable la situación del tratamiento que tenía pensado para Harry, además en ese confín tampoco sentiría la incomodidad proporcionada por la curiosidad de los colegas que tenía en el hospital San Mungo, ni sería espiado por los aurores de Hermione Granger.

La señora Weasley observaba desde el otro lado de la habitación, sentada en una esquina en un gran sofá que la hacía parecer diminuta. No quería dejar a Harry ni un segundo, en caso de que tuviera un mínimo avance de rememorar algo de su pasado, ella quería estar ahí para contenerlo. Draco indicó a su paciente que se sentara en una silla que había acomodado especialmente en el medio del cuarto, la silla era un poco incomoda, pero no tanto como lo que se estaba por gestar. Molly observaba con curiosidad el procedimiento que el doctor había elegido, con una atención particular por las practicas muggles que había heredado de su difunto esposo después de muchos años compartidos. 

Malfoy saco del bolsillo de su abrigo un péndulo, el peso del artefacto era la piedra preciosa lapislázuli en corte trillion. Los ojos de los espectadores de Draco brillaron en admiración y sorpresa.

Los muggles suelen utilizarlo para cálculos matemáticos y algunas otras cosas que no vienen al caso, dijo Draco mientras sostenía en alto el péndulo para que los otros dos magos lo observaran con atención. Pero esta piedra tiene ciertos componentes mágicos, lo usamos para la adivinación en nuestro mundo... solo que a esta en especial decidí cambiar su composición para que en lugar de adivinar el futuro, me trasladara hacía atrás en el mar de mis recuerdos.

Molly se encontraba hipnotizada por la piedra, al igual que fue su hijo político.

¿Entonces...?, hablo Harry todavía bajo el trance de la mística piedra, ¿vas a hipnotizarme? 

Si, ese es el primer paso y cuando te encuentras en un estado de serenidad mental, podré entrar dentro de tus recuerdos, buscar el origen de tu trauma y descubrir por qué perdiste la memoria.

¿Está seguro de que eso funcionará doctor? Preguntó Molly asustada.

Si señora Weasley... este péndulo es más seguro que la legeremancia, me permitirá permanecer más tiempo en su mente. Además yo no tengo que hacer tanto esfuerzo puesto que al enfocarse Harry en el artefacto, la oclumancia que aprendió se debilitara y será más fácil entrar en el mar de recuerdos.

Cuando Draco entró en la mente de Harry, no había ningún tipo de luz. Solamente baldosas negras bajo sus pies y tal vez, a lo lejos, inalcanzable a la vista del mago, paredes que conformarían la cápsula de recuerdos de Harry.

Alumbrando con la luz de su varita penetró lentamente en la oscuridad, al mismo tiempo en que una neblina densa surgía de la misma nada. Súbitamente , una puerta roja se erguía desde la teja negra del suelo. Parecía particularmente antigua, con la pintura gastada y la cerradura de bronce oxidada. Se acerco cuidadoso, y al abrirla se encontró con un pasillo abarrotado de cientos, o tal vez miles de puertas diferentes, una al lado de la otra, conformando un corredor sin final visible.

Se quedó tieso un momento, asustado ante tanta inmensidad. Cada puerta era totalmente diferente a la anterior y la misma a la siguiente. Lo único similar que tenían en común en ese mar de aperturas a los recuerdos de Harry Potter, eran los candados... alguien había cerrado todas las puertas que abrían a los recuerdos del mago que vivió.


RESIDENCIA BLACK, PARÍS, FRANCIA.

El mundo muggle siempre había incomodado a Narcissa Black, pero sin duda alguna el mundo de los hombres comunes de París obnubilaba a la mujer con su arte, belleza y su clima cálido, algo que no acostumbraba en la vieja casa de los Black. La cual le recordaba constantemente los errores de su vida.

Esa mañana, ella no recordaba, pero una joven que desconocía practicó sobre ella el famoso encantamiento obliviate. Al parecer, muy popular entre magos oscuros y antiguos seguidores del que perdió la guerra.

Lilith era extraordinaria con su magia oscura, una lectora empedernida y una mentirosa meticulosa. La actuación ante Narcissa, encarnando el papel de una sobrina política por parte de la rama familiar Lestrange, le facilitó engañar a la mujer.

¡Oh, tía! Yo se que tiene una larga tradición como sangre pura, pero la vida muggle parisienne es tan exquisita, dijo la joven con una voz melosa y un falso acento francés que había incorporado gracias a un hechizo que ella misma había inventando.

Nunca en mi vida me había mezclado tanto con los hombres comunes, dijo Narcissa, haciendo una pausa y dejo escapar un suspiro. Me agrada que tú puedas hacerlo sin restricciones... al venir de una familia de sangre pura, en el pasado, tu estilo de vida sería reprochado muy severamente querida sobrina, dijo en tono muy triste la mujer mayor, mientras bebía una taza de té.

Se encontraban en la Torre Eiffel, frente a una espectacular vista de la ciudad de París.

A mí hijo le encantaría esta ciudad, dijo Narcissa, en el mismo tono melancólico que uso antes. 

Un poco incomoda por la muestra de sentimientos a la que Lilith no se sentía acostumbrada, aprovecho para indagar en la familia de su "tía". He escuchado el rumor de que su hijo a vuelto a trabajar en el campo de la medicina mágica.

Si, respondió la mujer sin dejar el tono, trabaja en el hospital mágico de Londres. Además solía tener un consultorio privado en la Malfoy Manor que heredó de su padre Lucius.

Lucius, Lilith recordaba ese nombre, lo había escuchado varías veces en las reuniones del consejo oscuro. Había sido un fiel sirviente de su padre, pero su ambición y orgullo le habían jugado mal en la última guerra, terminando en Azkaban y muriendo allí, llevándose consigo la fortuna y el prestigio de los Malfoy.

Entonces, querida ¿has estudiado en la Academia Beauxbatons?

Si, respondió distraída. Sabe, algún día me gustaría visitar Londres, tal vez usted pueda recibirme en la Malfoy Manor.

Entusiasmada, Narcissa le respondió: sería mi honor, me gustaría que conocieras a Draco, somos parientes y tener lazos con la familia es muy importante para nosotros. 

Lilith sonrió, aunque lento, se acercaba a recuperar lo que había perdido.

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⏰ Última actualización: Jul 04, 2020 ⏰

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