Capítulo 30

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-¿Ya nos eliminaste de los buscados? - pregunto la peliazul con cierta frustración, caminando deun lado a otro, mirando en algunas veces a la peliroja que estaba sentada, bebiendo un "Red bull" tecleando en la computadora.

-Si... Tenemos poco, para coseguir la firma de el padre de Rebeca aceptando la transferencia de cuenta bancaria, debemos hacerlo antes que Rebeca diga nuestros nombres y estemos en verdad jodidos.- Respondío la peliroja, dando otro sorbo a su bebida.

-¿Trajiste la maleta azul, L.Joe?-. preguntó La chica frustrada, mirando a L.Joe.

-Traje todo lo que Pedíste-. Respondío, abrazando a ________.

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-Sólo no lo violes-. Habló la peliroja, riendo un poco, poniendo a Vanessa un micrófono incrustado en su broche para cabello.

-Ni loca, sí me metiera con alguien sería menor de 25, no de 50.- Contestó con asco.

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La peliazul, caminaba, escaleras arriba de el caro hotel, con una botella de champagne en la mano, el cabello azul eléctrico recogido en un chongo elegante peinado de lado, sus ojos verdes resaltaban por el delineador negro, sus delgados labios, de color rojo intenso, dándole un toque sexy, vestido de sólo una manga larga, ajustado, escote provocativo,  destacando sus pechos,  y la parte de la falda, abierta de un lado, mostrando su pierna derecha, lo que no sabían era que dentro de su sostén negro con encaje, había una bolsa con polvo blanco...Droga.

Tapando su cara con un abánico de las cámaras de seguridad.

Sus tacones largos, dejando escuchar susa decididos pasos hacía la habitación 302.

Al llegar, tocó la puerta, de forma lenta.

Abrió un tipo de unos 27 años.

-¿Qué necesita? - Pregunto el tipo, sonriendo al ver el escote de la peliazul.

-¿Aquí está el señor Peter Johnson?- Preguntó Vanessa, inventando un nombre, era parte de él plan.

-No, está usted confundida, aquí no hay ningún hombre con tal apellido.

-¡No me diga!- Gritó Vanessa, colocando una mano en su pecho, fingiendo sorpresa-. Camine hasta aquí, con una botella de champagne en vano... -Dijo Vanessa, mirando abajo.

-¿Quién es, John?- Cuestionó una tercera voz, apareciendo atrás de él chico, haciendo que vanessa sonriera por lo bajo, el padre de rebeca, su objetivo.

-Esque mi acompañante debió darme la dirección de hotel equivocada, y pues, no tengo dinero

para regresar-  Habló Vanessa, con tono de tristeza.

-¡Puede quedarse aquí! está muy oscuro para estar tan sola.- habló el señor de 50 años, mirando más allá de los pechos de la peliazul , relamiendo sus labios.

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-John, mi hija rebeca, está sola en casa, ve a cuidarla-  El señor de 50 años, decidió ir más allá con la peliazul, divertirse con ella, y no estaba de humor para compartirla con su nieto.

John abandonó la habitación, comenzando un juego de miradas, a Vanessa le daba asco, pero todo saldría bien.

El viejo tomó a Vanessa de la cintura, acostandola en el sillón, ella con mucho asco, logró girar y colocarse encima de él, tomandólo de la corbata, y comenzar a desabotonar la camisa de él viejo, queriendo vomitar, se separó de él, y tomó la champagne, decidida a hacerlo lo más rápido posible.

-Brindemos-. Habló Vanessa, sirviendo dando la espalda a el señor, comenzando a quitar su vestido, dejando su juego de lencería negro, al descubierto, girando para ver al señor ahí sentado, con la mirada comiéndose a la peliazul.

-No te muevas- habló Vanessa, girando para rápido sacar la bolsa de su sostén y vertirla en el vaso. Tomandólo, y caminar hacia el señor, se lo dio y el con una sonrisa aceptó, se lo tomó de un trago todo.

Ella dijo que iría al baño a hacer "cosas" pero en verdad sólo esperaba que la droga hiciera su trabajo. Entró al baño, quitando su zapato, y sacando la hoja donde tendría que firmar, quitó una de sus medias para dejar al descubierto un cuchillo afilado. Se colocó su guante blanco, tomando el cuchillo y saliendo de él baño.

Cómo esperaba, el viejo con los ojos perdidos en el "viaje". Limpio con un trapo húmedo todo lo que sus manos tocaron, la champagne, el vaso, etc, y entregó el papel al hombre.

-Sí firmas eso, te daré una noche inolvidable-. Susurró en el oído de él señor, y el sin pensarlo, sacó un boligrafo de su sacó y firmó.

Ella tomó el papel, dando un beso a el cuchillo y enterrandolo en su garganta.

Antes de que alguien llegué, tomó el reloj de diamante de él señor, se sacó las zapatillas, tomando la hoja con su boca. Comenzando a correr hacía la ventana y perderse en la oscuridad...

Lo había logrado.

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⏰ Última actualización: Jul 25, 2014 ⏰

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Coffee~ L.Joe & ___~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora