4. ¿Amigos?... Amigos

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-Nos vemos en el almuerzo -dije despidiéndome de Lu. Esta mañana no me había cogido la tarde así que pude llegar temprano al instituto y hablar un rato con Lu. Fui a mi casillero por mis libros para la siguiente clase.

-Hola -me gire para ver quién era, ok mi día oficialmente se tornó malo. Cerré mi casillero y me dirigí a mi clase de economía.

-Sigues con eso ¿enserio? -no le iba a responder no estaba obligada a hacerlo así que no lo haría. No me quería liar con chicos ni como amigos ni como nada más si sonaré un poco degradante hacia ellos pero no los soporto.

-Dime que te he hecho para que no me hables -no lo podía creer ¿este tipo no podía ser más estresante? Y para colmo le tocaba la misma clase que a mí y lo peor se sentó al lado mío, yo lo odio y mi culo también. El profesor entro y empezó a dar su clase.

Después de los cuarentaicinco minutos más largos de mi vida fui a los vistieres para ponerme el uniforme de física el cual no me agradaba mucho. A que chica con sentido común le gustaría hacer física con una puti falda chor supuestamente atlética y un camibuso muy molesto; para mí. Las otras chicas amaban este uniforme hasta cambiaban el camibuso por camisas con tiras o tops o blusas muy cortas; como odiaba a todas esas putas.

Entre a la cancha cubierta y me forme con mis demás compañeros, lo bueno: estaba con Lu, lo malo: estaba ese chico estresante que es muy raro. Como en toda clase de educación física corrimos e hicimos ejercicios de estiramiento.

-Ohh no, no lo hare -me negaba rotundamente a subir esa maldita soga, nunca me había ido bien tratando de treparla.

-Vamos Ali estoy segura de que puedes hacerlo yo lo hice todos lo hicieron solo faltas tú; si no lo haces el profesor te bajara la nota -lo odiaba pero tenía razón si no lo hacia mi nota bajaría por no subir una estúpido soga; al menos no estaban todos mis compañeros de clase solo quedaban Lu, el chico raro el profesor y yo.

-Vamos Wolff no seas gallina -si ese fue el profesor, siempre me ha llamado por mi segundo apellido no sé porque pero no me molesta.

-Ya voy ya voy -dije un poco mal humorada. Empecé a trepar la estúpida cuerda, como me sudaban las manos parecían fugas de agua. En unos segundo ya había llegado a la punta de la soga; al lado de esta había una campana tenía que tocarla para que fuera definitiva mi nota así que me estire un poco y tire de la cuerda, estaba a punto de agarrar de nuevo la estúpida soga cuando mi mano se resbalo y quede con los pies en la soga y con una mano en la cuerda de la campana.

-O por Dios Ali resiste -dijo Lu preocupada. El profesor, el muy bastardo había puesto la nota antes de yo subir, él sabía que yo era muy buena en esta clase pero ¿en serio tenía que hacer eso? Así que solo estaban Lu, el chico raro y yo.

-Lu me resbalo -dije tratando de poner mi mano libre en la maldita soga; estaba a punto de soltarme de la cuerda de la campana cuando mis manos se resbalan y caigo boca arriba, pensé que el suelo me esperaría pero eso nunca paso. Cuando abrí los ojos vi el rostro del chico raro mirándome preocupado.

-Gracias... me salvaste el pellejo -dije sorprendida.

-No tienes por qué agradecer, el que está agradecido contigo soy yo... por fin me hablaste -dijo con una sonrisa en el rostro. Después de todo no era tan raro como yo creía. El chico, alias *el chico raro* me bajo de sus brazos y me sentó en el suelo.

-¿Te encuentras bien? -pregunto Lu con un poco menos de preocupación.

-Si eso... creo -después de eso no recuerdo nada... más.

******EN LA ENFERMERIA******

Abrí los ojos y tarde unos segundos en reconocer que estaba en la enfermería.

La Belleza No Lo Es TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora