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-Buenos días, Yoongi hyung- El niño aferraba sus manos a su mochila de colores claros y daba saltos en dirección al nombrado haciendo que su falda se elevara.
El mayor se volteó para observarlo y notó como el pequeño se quedó estático. El lobo de Yoongi comenzó a aullar con fuerza intentando impulsarlo hacia el menor sin conseguirlo.
Jimin sentía como su lobo golpeaba y razguñaba su interior haciendolo retorserse de dolor. Los ojos del menor se paseaban por la situación, Yoongi tenía tomada de su mano a una chica, a una omega preciosa.
El lobo de Jimin lo hacía querer gritar, pero su corazón se rompió por completo al ver como esa omega tomaba las mejillas de su hyung y estampaba sus labios con los suyos.
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