©El Ocaso

4-Padre

Krishna Sequeira

Anteriormente hace quince años atrás, mi hogar el lugar más feliz junto a mi madre Liliana Sequeira una mujer que se esforzó por salir adelante, quien me daba las buenas noches todos los días, jugaba conmigo a pesar de llegar cansada y me ayudaba en los estudios de pequeña siempre con una sonrisa en su rostro pero cuando la veía de reojo se quejaba del cansancio que traía consigo, buscaba la forma de evadir las discusiones cuando mi padre llegaba mal humorado, esa mujer fue la única que me hizo feliz hasta el día que la mataron llegando del trabajo.

Recuerdo que ya eran las ocho de la noche y todavía no regresaba cuando decido ir en su búsqueda, salí de mi barrio natal llamado el tamarindo el cual era habitado por personas pobres y con pocos recursos como para sobrevivir, mientras caminaba por las calles a oscuras debido a la falta de electricidad, subí por una de las aceras que llevaba hospital Calventi y fue en ese instante que mi corazón se había roto en pedazos, mi desesperación era angustia dándome la vida un golpe de mala suerte, la encontré tirada en el suelo con una herida de un puñal en su abdomen la reconocí por la ropa que traía puesta, verla así me llenó de tanto pavor que lo único que pude lograr hacer fue gritar y llorar mientras abrazaba su cuerpo sin vida entonces las personas en los alrededores comenzaron a aglomerarse preguntándose el porque y como, de inmediato una ambulancia vino a su auxilio aunque ya era muy tarde; según los comentarios unos hombres en una motocicleta la tomaron desapercibida llevándose su cartera vacía y decidieron matarla sin haberse rehusado ¿Porqué matar a una persona indefensa? Estaba devastada con su muerte, duré una semana sin asistir a la escuela mis días se obscurecieron lloraba en cada rincón, es la muerte que nunca olvidaré y jamás dejará de doler ¿Quien supera la muerte de una madre? Nadie, yo visitaba su tumba todas las semanas porque sentía un gran vacío en mi alma, en mi corazón era un daño irreparable, cada vez que observaba mi reflejo en el espejo la recordaba y agradecía haber heredado mayor parte se su físico, sus ojos grises claros pequeños, cabello cobrizo ondulado, nariz un poco grande al igual que los labios y su estructura del cuerpo siendo bendecida en trasero y maldecida al ni tener senos; de José mi padre por así llamarlo, heredé su color de piel morena, el carácter hostil que lo representa, sus gestos y la sonrisa según mi madre, junto a ella también se llevó mi felicidad dejando un desasosiego en mi.

Mi madre murió a los 33 años de edad una mujer que sólo se dedicaba a trabajar para mantenernos a mi y a mi padre Jose Luis Torres quien desde el día que falleció su esposa ya no es el mismo, es grosero, mal hablado, se molesta por todo y según él todo esto es culpa de mi madre por haber dejado que la maten ¿Quien elige morir? ¿Mi madre culpable? Odiaba cuando decía esas cosas, es tan inmaduro, así es él justifica cada una de sus acciones. Antes era inaguantable ahora lo era más sólo ella podía aplacar su humor pero yo... Yo trato de tolerar.

Ella fue el pilar de la casa obligada a trabajar por mi padre quien llegaba cansado pero de hacer sus cochinadas por ahí para luego venir a jodernos la paciencia cuando algo no le salia bien; él jugó con la mente de mi madre echándole la culpa de todo, hasta de su embarazo ya que supuestamente tenía su familia y la perdió por ella, un hombre de 50 años siendo mantenido por una mujer, ahora mantenido gracias a mi, ahora comprendo porque su antigua esposa lo echó de casa. Después de su muerte nada es igual me obligaba a trabajar y fui obligada a abandonar la escuela ya que no me seria de provecho estudiar según él, salía todas las mañanas a aventurar ¿Quien le daría trabajo a una joven de 17 años? Era ilógico pero prefería salir antes que quedarme a aguantar sus golpes y reproches.
Un señor, de tanto verme merodear el lugar me empleó como doméstica limpiando su cafetería ganando mensual 2,000 pesos no era mucho pero hacia lo que podía, salía a las 5:00 pm del lugar pero daba lo que no tenia para no soportar a ese señor así que, caminaba por lo que antes era un río entrando en el bosque y cerca de un pequeño árbol, hay reposaba hasta dar las siete de la noche.