CAPITULO 5

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Lo primero que pienso al abrir los ojos es que no le dije a Daniel que me iba de la fiesta, lo segundo es que hay alguien obserbándome desde la silla de mi escritorio.

Me siento erguida y con los ojos muy abiertos mirando sus ojos azul claro y antes de dejarme decir nada, posa su dedo índice sobre sus labios mientras señala a Tasha con la otra mano.

No quiero despertarla así que salgo de puntillas de la habitación suponiendo que va a seguirme. Cierra la puerta y me dirije una mirada furibunda.

-¿Dónde estabas?- pregunta con un control map fingido en la voz.

-¿Te refieres a cuando me avandonaste en una fiesta rodeada de desconocidos?

-Te busqué durante tres horas antes de que me llamara Jared.

La culpabilidad invade mi corazón. Sí es verdad que podría haber mandado un mensaje para avisar.

-Vale, podría haber llamado... perdon, pero no te enfades conmigo, es... que estaba asustada.- concedo en voz alta.

-Bien la proxima vez solo avisame.

Me abraza, lo cual resulta algo raro para mi, porque Daniel no suele mostrar su afecto. Por un momento pienso en decirle que yo estaba debajo del escritorio cuando hablaba con el hombre aquel, pero lo poco que me queda de autoconservación me grita que no lo haga. Y por una vez escucho.

En ese momento con un crepitar se habre la puerta de la habitación de enfrente y sale Jared, con los pantalones de pijama descansando de manera tentadora sobre sus caderas y el torso desnudo.

Daniel se despega de mi, con gran alivio por mi parte y mira con desgana a su hermano.

-¿Interrumpo algo?

-Solo una bonita disculpa-contesta con un retin desagradable.

-¿De verdad te has disculpado? que raro en ti...

-No yo, ella- aclara señalándome.

A Jared le cuesta unos segundos dijerir lo que ha dicho.

Despues me mira a mi.

-¿Lo has echo?

No entiendo a que viene tanta enemistad.

-Bueno, le dejé tirado sin avisar...

Sus ojos me miran con resentimiento y terror.

Intento decir algo, pero mi lengua se queda trabada y Jared baja las escaleras de dos en dos para salir de la casa.

Ya lo arreglaré despues.

Y cuando me giro para hablar con Daniel, el tambien ha desaparecido.

Por Dios! ¿Es que no hay nadie cuerdo en esta casa?

Agotada, bajo al sillon de la entrada y abro mi libro, sin embargo, por más que intento introducirme en la historia, no consigo que las imagenes de la noche anterior dejen de aparecer ante mis ojos.

Cierro los ojos pretendiendo uir del pasado y entonces lo recuerdo:

Habia detalles que no encajaban y ahora empiezan a hacerlo; la carencia de movimiento en la sala del humo, la oscuridad en los ojos de los invitados, las sombras que se escabullían entre los rincones... Es como si todas esas imágenes hubieran estado ahí, en reposo, esperando a que quisiera recordarlas.

Y la voz.

La voz del despacho era la del chico que nos visitó ayer en el desayuno (no recordaba haber oido nada)

El comportamiento de Jared y Daniel.

Jared sabe más de lo que dice.

¿Qué hizo ayer por la noche cuando me dejó aquí?

Alas de hielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora