El amor puede ser la cosa más gloriosa qué les hayan dejado los dioses, pero también es el peor castigo que les dieron a unos simples mortales.
-Omegaverse- Au- Fantasía- Otayuri-
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En las a mediaciones del bosque Animarum se realizaba una gran batalla entre el ejercito de Libertatem del reino Eros contra las tropas de Salutis. El constante sonido de espadas chocando fuertemente una contra la otra, los golpes en las armaduras de aquellos valientes guerreros, los cortes en la carne humana provocados por la sangre, los llantos y gemidos ahogados de aquellos que habían sido heridos hacían eco en aquel maldito lugar.
Era más que obvio que el poderoso reino de Eros tenía a todas de ganar, eran sus armas y su táctica para atacar era mucho más avanzada que la de quienes se atrevieron a desafiar las leyes que se les habían proporcionado, tenían que enfrentar las consecuencias de haber roto el trato pacífico entre aquellas regiones y quien se encargaría de dar fin a aquella batalla, derrotar al emperador sería nada más y nada menos que Viktor el hijo mayor de los reyes Nikiforov. El asesinato de aquel líder dejaría más en claro que nadie mas se atreviera a desafiarlos.
Él príncipe tomó fuertemente la espada y la clavó directo en el corazón del emperador, observó cómo sus ojos se humedecían provocadas por el inmenso dolor, la sangre escurría de su boca y sus piernas fallaban para luego caer en el suelo y por fin morir. Lágrimas de felicidad se deslizaban lentamente y pequeños sollozos salían de la boca del platinado.
–Ganamos! – Su grito de victoria provoco un grito de festejar de aquellos guerreros.
Se arrodilló y suspiró mirando hacía el cielo, colocó su mano izquierda en su pecho sintiendo los rápidos latidos que emanaba su corazón, su mano de derecha apunto al cielo, “esto es por ti padre ” pensó mirando la mano que se encontraba manchada de sangre de aquel tirano que había asesinado brutalmente a su padre.
“No pude defenderte a ti pero prometo qué mamá y Otabek estarán bien, de eso me encargaré yo”
19 años de guerra por fin habían finalizado...
Empuñando la espada de la Luna se levantó del suelo para ponerse de pie y firme mirando a el ejercito enemigo.
– ¡Su reinado a terminado! – Gritó fuertemente provocando un gran silencio – ¡Sus crímenes ante nuestro reino provocó a lo qué no era necesario llegar! – Su voz proyectaba su gran valentía – ¡Pero el poder deja ciegas a las personas y esto es lo que provocan! – Dijo señalando a los hombres muertos que yacían en el suelo.
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