Capitulo III

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Narra Ayelén: 27 de agosto de 2016, Boston. Estados Unidos.

No era buena idea quedarse toda la noche despierta para cumplir una apuesta. No si al día siguiente tengo que ir a estudiar a las 7a.m. Estaba muerta necesitaba dormir, en la casa de Madison, Lean y Layla con un café podían aguantar 3 días seguidos despiertos. Pero yo no, yo necesitaba todas las horas de sueño posible.

Salí del cuarto arrastrándome del sueño mientras ellos ya estaban desayunando, fui directo al baño para bañarme y estar lista, 15 minutos después estaba bañada y lista para salir, baje las escaleras, y fui directo a las cocina.

Lila estaba sentada en la falda de Lean, y Madi estaba en la mesa terminando de acomodar un desayuno para uno.

- ¿Ustedes no van a desayunar o qué?

- Aye, nosotros ya desayunamos y estamos listos para salir, solo falta que desayunes tu, te prepare un café puro para que te mantenga despierta por lo menos las primeras horas de clase, luego allí cómprate otro porque seguramente quedaras muerta en medio de la última clase.

- Gracias por la molestia que te tomaste pero no me siento con hambre.

- Créeme que eso luego te costará la clase, por lo menos tómate el café y te llevo un sándwich para cuando tengas hambre.

Madi era como una madre para mí, tenía 18 igual que yo pero siempre actuaba como una persona más grande y responsable cuando se lo planteaba.

........

Llegamos a la universidad y como siempre Madi y yo nos fuimos a nuestro salón para poder tener un asiento juntas. Lila y Lean, estaban en su mundo, nunca nos prestaban mucha atención cuando estaban juntos, eran pareja desde que teníamos 14 años de edad y jugábamos videojuegos en mi casa.

Mientras hablaba con Madi de algunas cosas sentí como vibraba el celular en el bolsillo del pantalón, era una llamada de mi hermano mayor.

"- ¡¿POR QUÈ NO VOLVISTE A CASA ANOCHE? ME TIENES CON EL CORAZÓN EN LA BOCA, Y GRACIAS A DIOS MAMA NO SE DIO CUENTA DE QUE NO VOLVISTE ANOCHE!"

- Buenos días David, que lindo es hablar contigo en las mañanas, pase la noche en lo de Madi y le dije a mama donde estaba no era necesario decírtelo.

Luego de responder escuché el sonido que indica que la llamada había finalizado. Es un imbécil, lo único que hace todo el día es tratarme como si fuera mi padre, como si yo fuera una niña. Antes lo entendía, ahora ya no necesito que me esté dando órdenes ni controlándome todo el tiempo. Aunque lo quería como a nadie, me resultaba algo fastidioso.

- Pss! Aye. ¿Iras a la fiesta de la universidad esta noche? No quiero ir sola, e ir con Layla y Lean es lo mismo que estarlo.- Si hay algo que le gustaba a Madison era salir de fiesta.

- Mad, estuve toda la noche despierta por esa tonta apuesta, si no me confunden con un zombie lo harán con un mapache, no me parece buena idea. ¿Puede ser la próxima?

- Eso con un par de cafés, bebidas energizantes y algo de bastante maquillaje se arregla.

- Lo sé, sueles ser una genial en estas cosas, pero no creo llegar porque luego estaría durmiendo por cuatro o cinco días. Es mejor que me quede en casa, además ya estuve anoche en tu casa. Quiero salir e ir a dormir a casa. Lo siento, pero mi respuesta es no. -Costo decirle que no, nunca le digo que no, pero de verdad necesitaba descansar.

- De acuerdo, entiendo amiga. Ve a descansar. -OMG! Logre convencer a Mad de dejarme libre. Luego de la primera clase me retire de la universidad y le envié un mensaje a Lean pidiéndole que luego me pasara los apuntes ya que con él me tocaban las siguientes tres clases.

BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora