Narra Blake: 28 de agosto de 2016, Boston. Estados Unidos.
Al irme de la casa de esta chica me di cuenta de que en ningún momento le pregunte su nombre. Me sentí completamente avergonzado por no haberlo hecho, al punto que no sabría cómo mirarla si se apareciera en el taller ese día.
Eran las 11:13a.m, Clay se había ido hacia media hora para comprar los repuestos para el coche del sujeto del accidente. A todo esto se pasó el efecto del insomnio por los nervios de ver a la chica de esta madrugada. Mi cuerpo comenzó a agotarse al punto de que me pesaban los parpados, en ese momento es cuando escucho que llega un auto...¡Y QUÈ AUTO! Un Chevrolet Charger en un color azul eléctrico hermoso. Sin dudas invitaría al conductor a la carrera que tengo pensada para esta noche. Al dejar pasar ese semental de las carreras empiezo a inspeccionarlo para comprobar si sus partes eran originales. Segundos después quedo helado al oír una voz que no se me borro de la cabeza en todo el día.
-Buenos días...¿Blake? -¡Era ella! Al ver como bajaba del auto no podía evitar que la boca me quede colgando. - ¿Cómo estás?
-Em, buenos días. Bien ¿Y tú? -Hacia un esfuerzo sobrehumano para que las palabras salgan de mi boca de forma continua.
-Bien, venia porque mi bebé necesita unos ajustes de transmisión, un poco de aceite y...cubiertas nuevas. ¿El taller es tuyo?
-Esto...en realidad también es de Clay, el llego a un acuerdo con el dueño del apartamento para usar el taller. ¿Cómo lo encontraste?
-Le pedí a Mad que le preguntara a tu amigo, creí que sería buena idea aprovechar que ella está dormida para venir. -Mi mente estaba en blanco. Por dentro me gritaba ¡Piensa que decir Blake Nathaniel Dagger, piensa!
-Me parece perfecto, será un gusto ayudarte ¿El auto es tuyo?
-Sí, es una herencia de mi abuelo cuando falleció. Amo los autos, y él lo sabía. Cuando era pequeña él me sacaba a pasear de noche hasta que quedaba dormida. Por eso es muy especial para mí. -Jamás oí a una chica hablar de esa forma sobre un auto.
-Entiendo, yo tengo un aprecio parecido hacia mi motocicleta. Quédate tranquila que estará muy bien cuidado aquí. ¿A qué hora pasas a buscarlo?
-Hoy tengo un par de cosas que hacer así que si no tienes inconveniente paso mañana ¿No te molesta cierto?
-Si quieres puedo llevártelo cuando esté listo. -Parezco un acosador ¿Qué estoy haciendo?
-No tienes que molestarte si no quieres. Por mí no hay problema. Pero prométeme que lo cuidaras.
-Em, está bien. Solo pásame la dirección. Además, será un placer conducirlo y descuida, soy cuidadoso conduciendo. -Al menos con el suyo lo seré.
-La dirección es la misma que la de anoche. ¿Te dejo mi numero para que me avises cuando esté listo?
-S-Si, por favor. Anótalo. -Le entrego un papel y una lapicera, mientras anota no puedo dejar de mirarla.
-Bueno...nos vemos. -Desearía que no se vaya.
-E-Espera. No se tu nombre. -¡Por dios! Parecía un niño desesperado.
-Descuida, está en el papel. Que tengas buen día Blake. -Se da media vuelta y la veo alejarse poco a poco. Al verla desaparecer, miro el papel que tiene su número. "Ayelén". Por unos minutos me quede mirando el papel y pensando en su sonrisa. Era...ah, perfecta. Jamás creí conocer a alguien así. Nunca nadie me había hecho sentir así de nervioso.
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Blake
RomanceNo pensaba necesitar una mujer para ser feliz. Creía que entre ruedas, tuercas y motores ya lo era, mas una noche su mirada dio con ella... en ese momento se dio cuenta de que la necesitaba para completarse.