Reconstruyendo nuestra vida (HiroMido)

-1ra Parte-

[ ]Narradora[   ]
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—¡Hiroto!— el moreno se acercó a su esposo sonriendo y este le devolvió la sonrisa, con amor.

—¿Que pasa, cariño?— fue lo que dijo acercando a su esposo hacia el por la cintura y sentándolo en su regazo.

—Seremos padres— susurró mirando a su pareja directamente a los ojos, y un brillo lleno de felicidad fue lo que vio en estos.

—¿En serio?, Me haces el hombre más feliz del mundo, Ryuji!— respondió este, sonriendo.

Y aquella noche, disfrutaron y celebraron de aquella gran noticia, y fueron felices, pero, la felicidad no es de tiempo indefinido.

***

—¡Eres un asco!, ¡Te odio!— vociferaba alterado el peli-verde , mirando a su esposo con Tristeza y rencor.

—¡Ryuji! ¡No es lo que piensas!— intento defenderse este, aunque poco podía hacer después de todo el menor tenía la razón y ciego no estaba.

—¡Claro! Sabes que pienso, pienso que eres un maldito asqueroso y que por el simple hecho de tener ¿cuanto?— hizo una pausa— ha si, 3 meses, sin sexo... tiene la excusa perfecta para revolcarte con... ¡Está!, ¡Está! puta que pensé que era mi amiga— el moreno no aguanto más y comenzó a llorar.

—Ryuj...— no terminó porque una mano que reconocía bastante impacto en su mejilla derecha, pero que podía hacer, Hiroto sabía que se lo merecía, se merecía eso... y mucho mas.

—Me ire por esta noche o tal vez para siempre, mañana vendré con mi abogado y te traeré los papeles del divorcio... Por qué te lo dije muy claro en cuanto empezamos a salir hace 4 años, Hiroto— lo miro— "Me engañas y te olvidas de mi"— le hizo un recordatorio de las mismas palabras y el mismo tono de voz que uso años atrás cuando empezó su relación con el peli rojo.

Aún alterado salió corriendo y Justo cruzando la calle pasó lo inimaginable. Al ver esto el peli rojo, quien había seguido a su esposo solo pudo correr y abrazarlo, todo se lleno de gente en un instante y así con, el sonido de las sirenas de la ambulancia , el murmullo de las personas chismosas y el llanto de un albino la noche pasó lenta y tortuosamente.