C I N C O

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¿Tienen alguna duda?—.
Allí estaba, ese mismo día había llegado a presentarse, la esperanza había regresado apesar de las cuestiones por las que dejó su antiguo hogar y trabajo, ahora su prioridad era dar las clases que tanto había soñado. Nadie te prepara para entender a los jóvenes estudiantes, pero uno debes formarse con la idea de llevarse a casa pensamientos extraños.

Su vida acababa de terminar y comenzar, dejó mucho por lo qué desear con anterioridad, la meta que tanto quería alcanzar se veía lejos cada vez más. Llegó con la oportunidad de enseñarle a los demás a cerca de lo dura que es la vida afuera, la comodidad de un hogar ya no depende de otra persona más que de la de uno, ahora estaba parado frente al escritorio que antes era de alguien más con tal vez las mismas intenciones, o no.

Sus manos estaban lo suficiente húmedas por el constante movimiento de los dedos gracias al cruzarlos dejándolos irritados. Aparte de no entender nada acerca de la clase pretendía prestar un poco de atención, había visto sin mucha preocupación el tema con anterioridad sin embargo no era como si un interés creciera dentro de él. Las formulas que veía en el libro lograron confundirlo más de lo que ya estaba, ¿realmente necesitaba saber todo esto para vivir?, era improbable ir a una entrevista de trabajo donde lo que primero que te preguntaran sea cuanto mide la sombra de un árbol. Atareado observó a su alrededor como los demas lograban mover el lápiz con facilidad mientras que él, bueno; mantenía derecho el mismo, en un intento desesperado por calmar sus nervios llamó a el rubio menor quien notoriamente estaba concentrado en los número que se volvían un dolor de cabeza, lo pinchó ligeramente del brazo con la punta del lapicero causando que este reaccionara en un quejido bajo.

—¿Que estas haciendo?, ¿No deberías apresurarte con eso?—. Regañó mientras intentaba hablar en voz baja, no deseaba que el nuevo profesor tuviera una mala imagen de él, pues tambien tenía reputación con los profesores.

El azabaches torció la boca en un "No lo sé, hombre", si tan solo fuera como caminar o beber cerveza lo podría hacer sin dificultad pero esto era una parte de sus debilidades; álgebra. Tosió en seco para simular la conversación mientras le acercaba el libro a su ahora amigo gracias a JungKook, éste al darse cuenta de las intenciones de TaeHyung lo miró desaprobatoriamente casi como un segundo regaño.

Solamente por esta vez, mantenido—. Gruñó arrebatandole el libro con sus manos para llevarlo encima del suyo, con velocidad copió las respuestas al otro libro observando de reojo que el profesor lo atrapará.

Kim TaeHyung, ¿podría explicarme por qué carece de libro?—.

Mierda. Un escalofrío pasó por su espalda causando que rapidamente le quitara el libro al contrario para evitar llevarlo consigo en un seguro castigo

Venga un momento. Con cautela se levantó del asiento mirando a su amigo, estaba jodido; se acecó a paso lento justo enfrente de su escritorio, ese escritorio en el que la antigua prefecta solía regañarlo todos los días al no hacer nada.

—¿Podría enseñarme su trabajo recién?—. Preguntó acomodando unos libros debajo de el escritorio. Ser profesor no era tarea fácil, siempre existían alumnos que lo hacían difícil, al parecer esta no sería la excepción.

La cuestión era ésta; tendría problemas si lo entregaba, era mejor ponerse a la defensiva esperando que se sienta incómodo y así permitir que pudiera volver a su lugar, la única opción que tenía era esa, rápidamente cuestionó juntando ambas cejas hacia arriba.

—¿Es necesario?

Aquello lo tomó por sorpresa, ¿era algo común?, más que nunca le quedó claro el que no había hecho nada. Se levantó del asiento para dar un claro anuncio a todo el aula, precisamente era para el menor frente al escritorio pero su profesión se lo negaba, humillar a un alumno era incorrecto.

No importa como hayan trabajado con la antigua profesora, de ahora en adelante habrá reglas que deberán seguir. Miró a todos al unísono mientras que su vista realmente debía estar centrada en el contrario, cuando finalmente terminó de hablar regresó a su asiento frente el escritorio, no necesitaba un discurso sentimental, sin embargo logró abrumar a su cabeza, el menor retrocedió con la libreta apretada entre sus manos.

Se quedará en el aula hasta terminar cada ejercicio. Pronunció cómo una orden indicandole al menor que podía retirarse, éste por su cuenta retrocedió asintiendo casi sin importancia constante, llegó hasta su lugar sentándose en el pupitre mientras desviaba la mirada del mayor. Su molestia iba hacia el contario pues se sentía humillado por la actitud de su nuevo profesor, ésto esta saliéndose de control.

Finalmente entregó los ejercicios durante lo que restaba la clase con ayuda de JiMin, éste último no comprendía cómo funcionaba el cerebro de TaeHyung, sin ofenderlo varias veces intentó explicar los complicados números junto con letras las cuales lograban marearlo, cuando fue el turno para cambiar de materia rápidamente se levantó y dejó el descuidado cuaderno sobre la tabla de madera extensa con demás papeles, HoSeok estaba de espaldas borrando lo que restaba del plumón en el pizarrón antes de darse cuenta que varios alumnos ya habían salido, incluido aquel estudiante sin nombre. Miró debajo suyo y encontró aquella libreta, la portada notablemente sucia, mojada de algún líquido que ya había secado y raspado la pintura, la orilla de las hojas parecían ser de un libro antiguo guardado hace años en un estante polvoriento, muy extraño. Lo sostuvo entre sus delgados dedos volviéndolo varias veces para buscar un nombre, al abrirlo notó que tenía escrito con letra cursiva totalmente diferente a la apariencia del cuaderno; Kim TaeHyung, por alguna razón el apellido causó un enjambre de curiosidad en su cabeza, le era un poco conocido, no era extraño que existiera o fuera común, sin embargo olvidó el asunto revisando los garabatos indescifrables por un rato intentando encontrarle pies y cabeza, ¿era realmente un trabajo de álgebra?, en ningún momento de su desastrosa carrera conoció a alguien que pudiera ser...

Desobligado era una palabra conveniente.






































𝑨𝒍𝒈𝒆𝒃𝒓𝒂.📚 [HOPEV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora