Hubo un momento donde él era feliz, y no hacia cualquier cosa por llamar la atención. Hubo un momento donde él no se comportaba como una simple puta, donde no se sentaba en piernas de otros chicos, que aunque tengan novias, se los coqueteaba.
Ese momento no duro días ni semanas, duró meses. Meses que él disfruto como si fueran los últimos.
Cuando conoció a Raylen, él ya estaba herido. Bueno, él ha estado herido toda su secundaria. Pero como todo la vida te da golpes, estos llegaron no en simples heridas físicas. Llego a sus heridas emocionales. Y Raylen fue uno de los chicos que lo ha herido sin remedio.
Dicen que las heridas cierra y cicatrizan, pero por qué nadie habla de las marcas que deja. Cada herida te dejará una cicatriz, si es que cierra.
A Gabriel, sus heridas aún no han cicatrizado, y posiblemente nunca lo hagan. Solo tiene dos opciones para que cicatricen esas heridas. Afronatar el arma o escapar.
Él sabe cuantas veces ha intentado afrontar uno de sus mayores armas: Raylen.
Raylen llego justamente despues de una de sus peores cadidas, que también tiene nombre. Casi todas sus heridas tienen nombre si no es que es el suyo propio.
Raylen, ¿Qué más podía pensar de él?
Hubieron tantas ilusiones, tantas heridas, tantas caídas pero ni una esperanza, Gabriel casi no sabía que era la esperanza hasta que conoció a Christian.
Raylen lo incito a muchas cosas que él estaba dejando atrás. Raylen sabía lo que hacía y aún así Gabriel siguio detrás de él. Tal vez porque su mente era demasiada ilusa. Se ilusiono con alguien que solo lo quería como un adorno. Gabriel no valía ni como un adorno cuando estaba junto a Raylen. Raylen tal vez estaba confundido, o tal vez molesto, pero eso no podía ayudar a olvidar lo que él le hizo.
Hubieron demasiadas peleas. Cada una más fuerta que otra, cada una con más lágrimas que la otra. Pero nunca hubo un punto donde Gabriel acepto que él no podía seguir interactuando con alguien como Raylen, y él sigue creyendo que puede haber un momento donde vuelvan a ser "felices".
Los momentos que vivió con él, nadie se los dará. Cuando se reunian en la casa de Gabriel o cuando salian solo porque querían salir. O los planes que seguían haciendo para verse en el futuro. O las maneras de bromear con Gabriel. O como se molestaba porque en la mente de Gabriel solo cabía el nombre de Derrick...
Sabía que habían cosas peores que un corazón roto y una ilusión falsa. Pero siempre para él han sido importantes sus platónicos, siempre le han importado más que su propio ser.
¿Cuántas heridas se había hecho por Raylen? Muchas.
¿Cuántas lágrimas derramó por Raylen? Un mar.
¿Cuántas veces le brillaron los ojos al escuchar su voz? Más de las que debería.
¿Cuántas veces le demostró Raylen que le importaba Gabriel? Ni una.
Y así fue, con varios pensamientos suicidas por culpo de él. No podía culparlo cien por ciento por todo. Porque detrás de Raylen habían algunas personas más. Pero que Raylen fue el detonante, eso si fue lo suficiente para interrumpir sus horas de sueño. Para interrumpir su frágil mente que cada día se ponía peor.
Gabriel le hizo promesas, él aún las cumple.
Raylen nunca le hizo una.
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Maldito Cliché
Teen FictionGabriel siempre ha leído libros que contengan clichés. Él ha aceptado que los clichés no existen en el mundo real y que se deben quedar en los libros. Pero la noche en la que salió a comprar un libro, el choque y la caída. Todo ha cambiado ahora par...