Abrió la puerta de su apartamento y se encontró con su mejor amigo, a quien no veía hace más de un mes.
No era que YoonGi lo dejara de lado por tener novio, era más bien que HoSeok se apartaba un poco de ellos. JiMin no era mal chico, pero... le revolvía el estómago verlo con él.
—Hey, Jung... —mordió su labio, intentando no sollozar.
HoSeok pestañeo incrédulo.
YoonGi, a quien no veía llorar desde los quince años, estaba de pie delante de su puerta, mientras intentaba sin éxito limpiar con la manga del suéter las lágrimas que rodaban por sus mejillas.
—¿Qué pasó, Yoon?
—¿Tiene que pasar algo para que venga a ver a mi querido amigo? —bromeo, sonriendo débilmente.
HoSeok pasó sus brazos al rededor del delgado cuerpo del pálido y lo abrazó con fuerza, YoonGi sollozó ocultando su cara en el pecho del más alto.
—JiMin y yo lo dejamos... —suspiró, separándose algo de HoSeok y mirándolo a los ojos.
HoSeok no se resistió a verlo así, con los ojos hinchados y rojos, las mejillas sonrosadas y sus finos labios hinchados por haberlos mordido con fuerza.
Le sujetó la barbilla con el dedo pulgar e índice, y se lanzó a devorar sus labios.
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