¿Que Practican?

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En lo cotidiano la condición de musulmán implica una serie de actos obligatorios: las oraciones diarias prescritas, el ayuno del mes de Ramadán, el pago de una contribución sobre la riqueza, la peregrinación a los lugares santos donde transcurrieron los capítulos más importantes de la historia sagrada de la humanidad, el combate en defensa de la fé.

La oración prescrita se realiza cinco veces al día y es, como dijo el Profeta, el pilar del modo de vida islámico. A través de ella el musulmán se dirige a su Señor sin intermediarios, desde cualquier lugar limpio y tranquilo, en momentos claves de su jornada; y esta incesante renovación del vínculo que lo une al Creador lo mantiene limpio, lo aleja del error, como dice el Corán:

Por cierto que la oración preserva de la iniquidad y la obscenidad — Corán 29:454​

El ayuno obligatorio se realiza durante todo el mes de Ramadán, noveno del calendario lunar islámico. Consiste en la abstención rigurosa de comida, bebida y otras satisfacciones sensuales durante las horas de luz diurna. Esta práctica, que siempre formó parte de la enseñanza divina

Se os ha prescrito el ayuno como fue prescrito a quienes os precedieron... Corán 2:1835​

Tiene enormes beneficios para el alma y el cuerpo. Educa al hombre en la paciencia y el sacrificio, equipara a ricos y pobres en el hambre y la sed y, sobre todo, apartando al alma de sus apetencias cotidianas y automáticas, la hace volverse hacia lo sublime y la vuelve humilde y agradecida. La contribución o caridad (zakat) es un reconocimiento de que toda riqueza y provisión emana de Dios, y de que somos responsables ante Él por el uso que hacemos de aquello que nos dio. La caridad purifica la riqueza y es para los pobres, los necesitados, y para las obras de bien y la causa de la fe.

La peregrinación es para el musulmán como un retorno al origen, una recreación de la historia sagrada, una anticipación del Día del Juicio, un sacrificio en procura de la indulgencia divina. La historia de Adán y Eva, de Abraham e Ismael, y del profeta Muhammad, con todos ellos sea la bendición de Dios, conoció hitos fundamentales en la sagrada ciudad de La Meca. Hacia allí se dirige el creyente a buscar el significado último de su existencia y del género humano y en procura del perdón de Dios.

El combate o esfuerzo por la causa de Dios, es la defensa activa de la fe, de su modo de vida, y de la justicia que dispone.

Y esta combate (Yihad) solo es lícito en legítima defensa de estos valores fundamentales para el individuo y la comunidad. Todo verdadero musulmán es entonces un muyáhid, un combatiente, alguien que se esfuerza por el bien y la justicia, con la palabra o con los hechos, tanto en su sociedad como en la intimidad de su alma.

A estos pilares básicos de la conducta islámica se suman muchos otros, pues el islam propone una ética, una conducta integral y perfecta derivada del ejemplo de los profetas, a la cual no escapan ni los actos más pequeños.

MusulmanesWhere stories live. Discover now