>>Tercer intento<<
Una fiesta, Nathanaël y Adrien habían sido invitados a una fiesta.
Código de vestimenta: Casual.
Motivo: Ninguno, era el simple placer de pasar parte de la tarde y el resto de la noche en compañía de gente desconocida en una locación en común, concretamente un evento social sin mucho trasfondo.
Horario: Desde las siete de la tarde.Adrien estaba encantado, le gustaba salir a bailar de vez en cuando. Le hacía recordar a cuando de adolescente escapaba de su mansión con ayuda de Nino e iban a diversas fiestas y conciertos. Aun le resultaba gracioso el hecho de que hasta el momento su padre no tenía idea de aquellas escapadas clandestinas.
Por otro lado Nathanaël no estaba tan emocionado, sin embargo le resultaba una gran idea salir de la rutina de vez en cuando. Además algunos de sus amigos del instituto estarían allí, tales como Nino, Alya, Rose, Juleka y hasta Marinette y Chloé. No sabía si irían otros, realmente no estaría mal organizar un reencuentro con todos sus viejos amigos, pero ese tema lo pensaría más a fondo en otra ocasión, ahora debía prepararse para la noche.
Adrien tomó un baño, vistió una camiseta blanca y una chaqueta negra de cuero italiano, al más puro estilo "Bad boy" de los 50's Norteamericanos.
Nathanaël no se inspiró en una época específica y resaltante de moda, simplemente tomó lo más bonito que encontró en su desordenado armario.A las 8:30 Adrien recogió a Nathanaël de su apartamento en su auto negro clásico, y para las 9:10 ya estaba dando sus identificaciones para entrar a la fiesta.
Lo primero que hicieron no bien dentro de la discoteca, fue tomarse de las manos para no perderse el uno al otro entre tanta multitud.
Había un gran equipo de DJ en el medio de la pista, aún no la comandaba nadie. la barra de tragos y bebidas estaba al fondo, en una esquina hacia la derecha, los baños estaban a la izquierda cerca de la entrada y habían sofás repartidos por todo el lugar, algunos estaban ya casi rotos y otros parecían nuevos. El ambiente ya, pese a la temprana hora, estaba perfectamente igualado a una fiesta de New York City.Adrien sugirió ir a comer algo, Nathanaël estuvo de acuerdo y fueron a las mesas del bar al fondo izquierdo del establecimiento.
Una hora después llegó Nino, sorprendiendo a la joven pareja en medio de una charla convencional.
Detrás de él vinieron Alya y Marinette, Juleka y Rose avisaron a Nathanaël que la última tenía gripa y no asistirían debido a que Juleka se encargaría de cuidar a la pobre rubia.Los cinco amigos ahora se estaban poniendo al día con sus vidas, una hora más tarde le tocó a Nino subir al escenario y redirigir el ritmo de la fiesta, él era el DJ que estaban esperando.
Alya invitó a todos una ronda de bebidas, Marinette se negó, ella prefería los tragos no muy fuertes, Nino aceptó cuando su novia se lo llevó al escenario. Adrien no se pudo negar, pero Nathanaël ya tenía un Sprite a medio beber consigo, además, si Adrien bebía, él debía conducir.
11:54 p.m.
Era ya adentrada la noche, Adrien no estaba ebrio pero si llevaba ya una botella vacía de cerveza de raíz con melaza.
Nathanaël se había acabado su primera botella de 500 ml de Sprite y se compró otra.
El grupo de cinco amigos bailaban en la pista, Chloé había pasado a saludarlos mas no se quedó mucho tiempo, ya se había marchado.02:17 a.m.
Adrien estaba ebrio, Nathanaël había sucumbido ante unos cuantos vasos de vodka mezclados con el Sprite en la botellita de plástico de esta última.
Ambos estaban encendidos, eufóricos al compás de la música, bailando con energía, cuerpo a cuerpo y con algo de sudor pegando sus vestimentas a la piel.
Alya y Marinette se habían retirado a eso de la 01:35 o tal vez 01:50, pero ¿Quién se fija en eso en realidad?Nino seguía siendo el DJ, tenía contrato hasta las cuatro de la madrugada. La pista seguía rebosante, quedaba aún mucha gente para seguir disfrutando de la noche.
Pero en medio de tanto roce, comenzó a chispear la pasión.Adrien comenzó a besar a su compañero, quien no se negaba, sino que intensificaba el jugueteo, acariciando con nerviosismo el cuello y cabellos de su amante, despeinándolo como consecuencia. Entre beso y caricia se observaban el rostro, sonriendo embobados, tontos, somnolientos, como dos jóvenes adolescentes que recién se descubren el uno al otro.
Ambos concibieron la idea en común de que aquel no era un buen lugar para seguir explorándose, porque sí, el alcohol en la sangre de ambos despertó en ellos una necesidad por contacto físico, sumándole a ello la frustración de dos intentos fallidos de hacer el amor.
Resolvieron, pues, ir a un motel de paso, a cualquiera, el primero que vieran, y allí lo harían, sin interrupciones, sin vacilaciones, sólo ellos dos y la noche como testigo.
Salieron del local, gritando un "Adiós Nino" que el receptor no captó debido a la intensidad del volumen de la música.
Caminaron tambaleándose, con la música aún retumbando en sus oídos, y escaparon del estacionamiento en el clásico americano del rubio. El recorrido no fue tan largo, pues a tan sólo unas dos cuadras pudieron divisar el cartel brillando de luces de neón que resaltaba con gracia el nombre del motel."El cazador encantado", alardeaba su anuncio. Adrien y Nathanaël se miraron por un segundo, comprendieron entonces que estaban de acuerdo, allí sería.
Adrien estacionó el carro, bajaron juntos y fueron a la recepción.No era de extrañarse que, siendo sábado de madrugada, la sala de recepción estaba aún concurrida, pese a la hora, pues era de esperarse que los jóvenes amantes, como lo eran el rubio y el pelirrojo, quisieran pasar un momento a solas luego de una dichosa fiesta, o una escapada fugaz de un romance adolescente, como pudo notar en dos parejas distintas.
Nathanaël observaba el lugar, y entre tanto fisgoneo divisó a un viejo conserje, de piel rosada y canas blancas, con la mirada fría y desgastada, odiosa, se podría decir.
Evitó por completo el contacto visual y enfocó sus ojos al techo, donde se hallaban las tuberías, éstas tenían moho alrededor y una que otra gotera.Por fin Adrien llamó a su novio, le dijo que ya le dieron la llave de una habitación, la 324 para ser exactos, y ya podían ir.
Los cosquilleos de Nathanaël se hacían presentes por cada escalón que subía con rapidez.
El rubio incrustó la llave en el cerrojo y la puerta cedió, dando una clara vista de la habitación.
Era perfecta para dos personas, exacta, casi predestinada. Ambos entraron y cerraron la puerta tras sí, con llave.
Nathanaël aun tenía consigo la botella de Sprite con Vodka, bebió un trago, Adrien también bebió, y así se embriagaron, no sólo por alcohol, sino también por lo besos fugaces, otros lentos y acalorados, que la habitación mantenía encerrada.Avanzaron entre toques a la cama, la cual fue dejada en ruinas, las frazadas sin doblar, la sábana arrugada y las almohadas fuera de su funda. Pero no importaba, tampoco importó el insistente toque del vecino de cuarto, que seguro no quería hacer más que irrumpir, sin tener éxcito alguno. Estaban demasiado concentrados en ellos mismos.
Parte dos próximamente... ♡
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🌼La petite mort 🌼〖AdriNath〗
Cerita Pendek【La petite mort】 ✧Una expresión francesa utilizada para referirse a un corto lapso de tiempo en el que la persona pierde la conciencia luego de un orgasmo.✧