Magnus se fue pronto, tan nervioso como había llegado pero ahora triste y afligido por lo frustrado que habían quedado sus planes.
Por otro lado estaba Alexander, el cuál, después de ver a Magnus por fin, se permitió soltar un largo suspiro mientras despeinaba su cabellera negra con gran confusión. Habían pasado cinco años desde que Magnus había salido por la misma puerta acompañado de sus cosas y excusas baratas que dejaron el corazón de Alec por los suelos. Desde ese día, hasta un año después, Alexander había tenido un gran duelo consigo mismo, ¿por qué había Magnus decido de un día a otro que Alexander era un niño para el?, ¿realmente eran tan inmaduro como Magnus le había recriminado?; había pasado días y noches entre llamar o dejarlo tranquilo, entre intentar recuperarlo o darlo por muerto, y la respuesta llego un día vía Instagram. Magnus había publicado una fotos con una chica de cabello rubio, facciones finas y hermosas, y unos ojos verdes que de seguro la chica presumiría; al pie de la publicación había un pequeña texto que decía, en resumidas cuentas, que ahora Magnus y esa chica, Camille, eran novios y que decía quererla como jamás había amado a alguien antes.Ese día Alec lloró toda la noche tratando de borrar aquello de su cabeza, pero había tantas preguntas que golpeaban con la exigencia de ser contestadas: ¿tan solo doce meses se necesitaban para olvidar una relación que había durado cinco años?, ¿en algún momento Magnus realmente lo había amado como solía recordarle noche tras noche cuando estaban juntos?. Alexander creía que ese dolor jamás se iría, pero con el paso de tiempo y la compañía de sus amigos, esa herida fue cicatrizando lentamente, hasta hacer de él alguien que rechazaba a toda costa las relaciones que tuviera que ver más allá de un encuentro causal, nada significativo.
Se había hecho más serio; jamás fue espontáneo o extrovertido, pero ahora se cohibía más, siempre con las palabras de Magnus dando vueltas en su cabeza: "Eres un inmaduro".Alexander tomó su teléfono, el nuevo, y llamó a su hermana, la cual, después de dos tonos, tomó la llamada
- ¿hola? - contestó Izzy, con un tono divertido en la voz, como si hubiera parado una alegre carcajada por contestar el teléfono
- hola, ¿interrumpo algo? - preguntó Alec con una sonrisa decaída. Le gustaba escuchar a los demás cuando estaban felices
- nada importante, solo estoy con Simon - dijo restándole importancia al acto, a lo que en el fondo se escuchó un ofendido Simon diciendo cosas que Alec no alcanzó a entender, pero qué hicieron reír a Izzy - ¿qué pasa?, ¿estas bien? - preguntó su hermana volviendo a prestar atención.
- necesito hablar contigo - dijo Alec tratando de ocultar lo nervioso que aquella visita de Magnus lo había dejado, pero en su voz podía identificarse el mal estado en el que estaba.
- ¿quieres que vaya a verte? - preguntó Izzy adoptando un tono serio, ignorando por completo a Simon.
- si quieres trae a todos, debo contarles algo - dijo Alec perdiendo su mirada en el techo del apartamento.
- de acuerdo, en un rato estamos ahí - aclaró Izzy para después despedirse y colgar la llamada. Alec dejó el celular aún lado y siguió mirando el color cobrizo del techo, mientras tenía recuerdos agridulces de aquella relación que había sido increíble, hasta el final.
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San Francisco || M A L E C ||
Fanfiction"Viajemos en el tiempo, viajemos al momento donde no existía nada más que el uno para el otro, volvamos a ese viaje a San Francisco donde guardamos cada promesa en una vieja, reconfortante y pequeña caja de madera. Vamos, ¡hagámoslo!, ¿o temes enamo...