Epílogo

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Los labios y el tacto de las manos de Louis fue el último regalo que me dio el cielo. Un ángel caído que solo yo pude apreciar con sus heridas y cicatrices, que, de alguna manera, yo fui el único que llegó lejos tomando su mano y llevándolo a donde debía de llegar.

Eso lo tengo claro desde hace años, desde la última vez que lo pude tocar y ver.

Tengo claro que Louis Tomlinson siempre estará en mi mente y en mi corazón.

Louis es el amor de mi vida y nadie podría cambiar eso.

Lo amo, siempre lo haré.

• • •

— ¡Papá! ¿Cuándo vendrás a jugar conmigo?

—Darcy, ya te dije que yo puedo jugar contigo, tu padre está trabajando y necesita concentrarse, así que debemos de dejarlo tranquilo, ¿entiendes, mi vida?

—Está bien, mamá.

Deje la pluma a lado de mi libreta ya cerrada, para levantar la cabeza y mirar como mi pequeña adoración era regañada suavemente por su madre. Anna Blair, una mujer rusa de cabello pelirrojo, con unos bellos ojos azules, era mi esposa y la madre de mi hija, Darcy Styles. Las dos están en la puerta de mi oficina, sin darse cuenta que las estoy mirando o de que había dejado de escribir.

Anna es la primera en darse cuenta; me dedica una pequeña sonrisa antes de acercarse con Darcy en brazos.

Sé que es raro el que haya terminado con alguien más, sabiendo que Louis siempre estaría en mi corazón, pero Anna, Anna es especial.

La manera en que la conocí, la hizo especial.

Fue un año después de que Louis se fuera de manera definitiva, una noche en que no podía dormir porque era esa noche donde normalmente vería a mi ángel.

En frente del portón oxidado, ese que custodiaba el terreno baldío, donde alguna vez fue llevado Louis, estaba Anna, siendo jalada hacia el mismo lugar por un hombre al que no se le podía ver el rostro. Su boca estaba siendo tapada y su camisa estaba siendo levantada y casi desgarrada por una mano del tipo.

Era imposible quedarme quieto ante la escena, por lo que había corrido hacia ella para defenderla.

—Hey, ¿estás bien? —le había preguntado luego de haberle dado un puñetazo al tipo que la estaba sujetando y que había huido.

—Yo... gracias —fue su corta respuesta, mientras ella seguía con la mirada en el piso, sujetado su camisa semi abierta y rota. Al darme cuenta de este detalle, me había quitado la chaqueta negra que traía para dársela.

—Me llamó Harry Styles —le había dicho en lo que ella se cubría.

—Anna Blair —respondió en voz baja, levantándose del piso, pues se había caído cuando el tipo la soltó—. Sé que es raro, pero... tengo miedo, y no sé si podrías llevarme a casa.

Aunque en ese momento me sorprendió, no hubo ninguna duda cuando acepté acompañarla.

En el camino se presentó un silencio ligeramente incómodo que con algo de suerte pude romper hablando un poco sobre mí. Anna se reía con unas anécdotas y me terminó contando sobre ella. Sobre que vivía en Estados Unidos trabajando para poder mantener a su hermanastro y al abuelo de este, que también consideraba suyo.

Esa noche miré en Anna a una chica soñadora y positiva, entusiasta con su sueño de ser patinadora profesional, alguien difícil de vencer. Esa noche me enamoré.

Pero no lo suficiente para olvidar a Louis.

Nunca le he contado sobre él y no planeo hacerlo, a pesar de la confianza que tenemos, a pesar de estar casados y con una hija.

• • •

Lo que tuve contigo, Louis, es un secreto que ahora sólo yo conservo y del que sólo yo tengo memoria. Todo lo que pasé y lo que hice para llevarte de vuelta a casa, a donde siempre debiste de haber llegado.

De vuelta a casa. (Adaptación Larry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora