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Tomé asiento en mi cama con la laptop en las piernas mientras me colocaba los lentes con cuidado, nunca había tenido problemas de la vista pero en la última revisión en el oculista básicamente me dijeron que si seguía como iba me quedaría ciega, así que mamá me obliga a usar lentes de ahora en adelante y no es que me queje, me da igual.

Agosto ha estado bastante caliente, demasiado a decir verdad así que tenía el aire acondicionado encendido y vestía mi pijama de invierno.

Quinta vez revisando Twitter y aquel dolor de cabeza del que había estado huyendo todo el día volvió a mí. De aquellas fotos que sin querer me hacían morir de celos, rabia, dolor y tristeza.

Durante toda la semana imágenes de Jeon Jungkook y Jeon Soyeon invadían mi inicio. Actualizaba y no salía nada más que eso, estaba odiando estos días con una intensidad indescriptible. Esta más que obvio a mis ojos que no tienen nada pero me ponen de muy mal humor todas aquellas ridículas shippers, casi tanto que las detestaba.

Decidí salir de mi cuenta de fan -antes de empezar a jalarme el cabello- y entrar con mi cuenta personal a revisar la bandeja de entrada que estaba completamente vacía, como siempre.

Dejé la laptop a mi lado en la cama, me recosté tomando mi celular y entrando instintivamente a la bandeja de mensajes para ver cuantos tenía, pero la encontré totalmente vacía al igual que en Twitter. Con algo de enojo y decepción lance el celular a algún lado de la cama, mis amigos me habían abandonado en estas vacaciones, principalmente él. Idiota, tengo que dejar de pensarle tanto. Mejor dicho, debería de hacer a un lado el hecho de que estoy más sola que los icebergs.

La semana entrante Bangtan comienza su gira mundial y era algo que me tenía muy preocupada. El hecho de las amenazas a Jimin, todo lo que me perderé, y por supuesto, no podía dejar de lado todas las cosas que que tenemos que hablar.



Me moví incómoda y miré el reloj que marcaba las 1:10 AM. Me dormí mientras me encontraba imaginando estúpidas escenas de las que yo era la protagonista. Mi celular se iluminó y comenzó a vibrar encima de la cama, me di la vuelta y lo tome en manos viendo en la pantalla su nombre.

Rodé los ojos mientras pensaba en no tomar la llamada.

Debo de actuar con madurez, esto se supone que no me afecta.

Una vez acabada la llamada, la pantalla se volvió a iluminar indicando una nueva, y yo aclarando mi garganta tomé esta vez la llamada.

— ¿Hola?

— Buenas noches. —inmediatamente imaginé su sonrisa—. ¿Cómo estás?

— Buenos días, genial, ¿y tú? —hice todo el esfuerzo posible por sonar calmada y no emocionada/enojada como lo estaba luego de esperar su llamada por dos días.

— Cansado. —suspiró—. Siento no haberte llamado. —hice un sonido de acuerdo para ni siquiera hablarle y éste soltó una no muy sonora risa. Se estaba comenzando a dar cuenta de mi estado—. Extrañé tu voz.

— Que bueno, se nota lo mucho que me extrañaste. —me senté en la cama recostándome del espaldar.

— ¿Y esa actitud? —se volvió a reír—. Lo siento, entiende que estaba ocupado.

— Si, bien ocupado que te encontrabas con Soyeon. —su risa paró dejándome en claro que lo había dejado al descubierto.

— Ah, ¿cómo te enteraste? —se le escuchaba algo nervioso lo que me hizo soltar una risa sarcástica.

— ¿Estás bromeando? Twitter está colapsando con sus imágenes.

— No es lo que piens..

— Ya, genial.

Jealous.  ||  J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora