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CINCO

Estaba listo para salir, solo me queda darle algo de comer a Rapmon.

— ¿Qué se te antoja? — pregunté a mi amigo peludo que me miraba expectante — supongo que un poco de comida balanceada no está nada mal — le serví una ración en su plato y no esperó para devorar su comida — Buen chico — acaricie su cabezita, fui por mis llaves y mi billetera.

La noche estaba especialmente fría, debí tomar un abrigo más grueso, me abracé a mi mismo, el club no estaba mucho más lejos. Incluso a tres cuadras de distancia la música ya llegaba a mis oídos al igual que el bullicio de la gente. La fila era inmensa, la verdad es que dudo mucho que siquiera pueda entrar, mi celular vibra en mi bolsillo, lo sacó y me llegó una notificación del juego.

¡SUPER! 

Aceptaste el reto, ahora dirígete hasta la puerta de atrás e infíltrate en el club, recuerda, si te atrapan, pierdes el reto.

Oh, genial, ahora tengo que entrar ilegalmente, sí, muy bien, ahí vamos. El club es tan grande que llega hasta la otra calle, si bien sé, hay más de una puerta para este lugar, dejé mi lugar en la fila donde más de 10 personas ya estaban detrás mío y fui a caminar, al final de un callejón oscuro había una puerta negra, me fijé una vez más que no hubiera nadie detrás y fui hacia la puerta, como debía de esperar estaba cerrada, a lado de la puerta había un tablero con números, era para colocar una contraseña. 

— Así que quieres entrar sin hacer fila, que chico tan rebelde— giré de golpe y escondido entre las sombras estaba un chico, entre los 20 y 25 años— lo siento amigo, pero si fuera tan fácil este lugar hubiera quebrado hace mucho— me quedé en silencio, estaba seguro que no vi a nadie parado ahí antes— ¿Te comió la lengua el gato?

— No... No... Es solo que... No, ya no importa— a estás alturas debí perder el reto, saqué mi celular para ver si tenía algún mensaje pero nada.

— ¿Sabes? Si tanto quieres entrar quizá yo podría ayudarte.

— ¿A cambio de qué?— todo tiene un precio, eso lo sé bien.

— ¿Qué te parece que me invites una bebida dentro?— lo decía con un toque de picardía que no podía ignorar.

— ¿Y eso es todo?

— Si quieres más ya veremos que sucede en la noche ¿Aceptas?

— Bien, es un trato— pasó por mi lado rozando mi hombro y fue hacia la puerta, sacó una tarjeta de su bolsillo trasero, la pasó por la ranura y pulsó la clave, fue tan rápido.

— ¿Qué? ¿Eso es todo?—estaba tan sorprendido como desorientado — ¿Acaso trabajas aquí?

— No pero conseguir una de estas de los guardias después de que se desmayan por el alcohol no es nada difícil— pasó la tarjeta entre sus dedos y se adentró en el club, caminé detrás suyo y antes de entrar mi celular vibró nuevamente.

¡Tú si que eres un picarón! 

Diviértete con el chico que acabas de conocer, tu siguiente reto se te avisará a lo largo de la noche.

¿Cómo supo lo que acaba de suceder? Miré una última vez en caso de que alguien estuviera filtrando mis movimientos pero no logré divisar a nadie, quizá más adelante pueda descubrir a la persona encargada de filtrar lo que hago.