"Capítulo 1"

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Por Ren:

Lentamente abrí mis ojos, esto debido a la tenue luz que se filtraba por los cortinas de mi ventana, al momento de levantarme me sentí un tanto cansado y la verdad no era para menos. Ya que, por la madrugada, había tenido una fuerte y horrible pesadilla, una que me había hecho perder el sueño por un buen rato. Gracias a esa pesadilla ahora empezaba el día exhausto, pero no importaba, igual debía disfrutar del hermoso día que se reflejaba a través de mi ventana.

Una vez completamente despierto, arregle mi cama y me dispuse a hacer lo mismo conmigo. Debía darme prisa, ya que hoy me tocaba preparar el desayuno a mí, esto porque mi padre ayer había regresado tarde de una de sus cacerías. La verdad no era muy fan de esto, pero tampoco podía quejarme mucho, ya que gracias a ello vivíamos más seguros. En momentos como este es donde me pregunto... ¿Qué pasaría si mi madre estuviese conmigo?

Lo cierto es que solo somos mi padre y yo, mi madre había muerto hacía muchísimos años, justo luego de darme a luz. Desearía extrañarla pero la verdad es que ni siquiera llegue a conocerla. Por lo que mi padre me a contado de ella, era muy hermosa, la más hermosa del pueblo y yo; yo soy su viva imagen. Muchas veces me dicen que debí haber sido niña y es cierto, por momentos yo mismo desearía ser una chica y así evitarme el tener que acompañar a mi padre en una que otra de sus cacerías.

Sinceramente estas son horribles, no sólo por el hecho de cazar; sino porque a quienes cazamos no son realmente animales. No, tanto mi padre, como sus amigos del pueblo y yo, nos dedicamos a cazar vampiros. Los vampiros del reino Kim. Unos vampiros muy poderosos y que al día de hoy, no entiendo como es que aún seguimos con vida todas las personas del pueblo. Quizá el rey no es tan malo como mi padre le describe, sino...¿Porqué aún no toma represalias contra nosotros? O mejor dicho, mi padre, el mejor cazador que ah había en las últimas 3 décadas.
Aún así prefiero no pensar en ello, prefiero no pensar en las posibilidades que existen de que el Rey mande a deshacerse de mi padre.

Rápidamente sacudí mi cabeza, dejando mis pensamientos de lado y enfocándome de nuevo en el desayuno. Solté un suspiro antes de dirigirme a la parte trasera de la casa por unos huevos. Mientras los recolectaba pude notar como nos faltaba una gallina, no era la primera vez que nos faltaba una, el mes pasado también se habían perdido unas cuantas. Una vez mi padre bajará a desayunar le informaría de ello, ya que de seguir así nos quedaremos sin gallinas dentro de poco.

Sin más regrese a casa, preparando un desayuno decente. No me gusta mentir, por lo que admito que la cocina no es lo mío. Aunque mi padre dice que esta bien, ya que la cocina es cosa de mujeres y yo, como chico, debo enfocarme solo en la caza de los vampiros y de la protección del pueblo. Tan pronto terminé de poner el café de mi padre sobre la mesa, vi como este bajaba las escaleras con un ánimo de pocos amigos, de seguro era porque la caza había estado algo difícil está vez. Dudoso, sonreí de forma cálida para hacerle ver que todo estaba bien, aún si su rostro no parecía estarlo del todo.

Buenos días, Appa.—mencioné antes de verle sentarse en su respectivo puesto de siempre, justo a la cabeza de la mesa.—¿Dormiste bien?

Buenos días, hijo.—dijo serio pero de forma cariñosa, así era él.
Un poco, sí. ¿Y tú?

Bien.—mentí, pero sé que era lo mejor, ya que mi padre no es de los que les interese mucho mi vida y menos mis raras pesadillas.— ¿Cómo te fue ayer, cazaron muchos está vez?

Sí, cazamos unos quince en toda la noche, creo que es por eso que estoy tan cansado.—comentó, soltando un bostezo antes de beber un trago de su café. Pude ver como su semblante cambiaba ante esto. El café, la bebida favorita de mi padre. Aunque él, a diferencia de los demás, lo prefiere negro y sin azúcar.—Te quedo bien, gracias.

¿¡De verdad!?—pregunté feliz y exaltado, la verdad no siempre me queda tan bien que digamos. En ese momento recordé la gallina ausente, debía informarle a mi padre de ello.—Oye, Appa...hace un momento fui por unos huevos para el desayuno y...

¿De nuevo falta otra gallina, no es así?—preguntó enfadado aunque su expresión seguía siendo seria.

¿Crees que se haya escapado?—pregunté de vuelta, pensando en una explicación lógica para ello.

Por favor, MinKi, no seas tan ingenuo, es obvio que son ellos quienes las están robando.—respondió, frunciendo el ceño, suspirando antes de continuar.—Tengo que acabar con todos esos malditos de una buena vez por todas.

¿Te refieres a los Vampiros? —volví a preguntar, dudando que fuesen ellos realmente quienes lo hicieran. Quiero decir... ¿Porqué robarían gallinas en vez de personas? No lo entiendo.—¿En verdad crees que ellos sean los responsables?

¡No lo creo, estoy completamente seguro!—afirmó al mismo tiempo que golpeaba con su puño la mesa, utilizando gran parte de su fuerza.—Pero esto se va a acabar pronto, cuando por fin ponga mi plan en acción.

¿Plan? ¿Qué estás planeando hacer, Appa?—pregunté nervioso, tratando de imaginar que nuevo, loco y arriesgado plan se le habría ocurrido a mi padre está vez.

Tú no te preocupes, hijo, ya pronto lo sabrás y te aseguro que estarás muy orgulloso de mí.—indicó, antes de dedicarse a terminar su desayuno.—Nos vemos más tarde, MinKi.

Sin más se fue, dejándome totalmente confuso y lleno de nervios. En verdad espero que su nuevo plan no vaya a ponernos en riesgo a ninguno de los dos o alguno de los otros cazadores del pueblo y sus familias.

"Deja Vu"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora