Llegué a mi casita adorada, y bueno, aunque estuve todo el viaje en micro pensando en la siesta que me echaría, era un sueño que no sé podía hacer realidarks, tenía que estudiar pa biología, una de las materias que más odio, junto con química.
Saludé a mi mom y a mis hermanos chicos y me decidí a encerrarme en mi pieza a estudiar.
Obvia que antes de apagar el celu debía subir una foto demostrando lo estudiosa que era po, si no se sube a ig, no se aprende dicen por ahí, ah.
Le mandé mensajes a mis niños de que no estaría viva hasta mañana pa estar ready pa la prueba, ah casi, a mis únicos amigos que me pescan y soportan.
Tenía demasiada paja para encender el celu cuando termine de estudiar, así que a las nueve y media me fui a acosta para estar como lechuga para la prueba de mañana.
En la mañana revise mis notificaciones a la rápida y cache que tenía un mensaje de Instagram, alguien me había contestado a la historia, bueno, a parte del Simón que decía: "oe deja de lucirte y estudia floja qlia".
Abrí el mensaje para contestar y mi mama empezó a chillar de que si no me apuraba mi papa si iba ir sin mí.
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— ¡Ya po Flo, hasta cuando! La próxima vez te quedai aquí si no te levantai más temprano pa hacer tus hueas —me reto la jefa en los sesenta segundos que me demoraba de la puerta al auto. No sé qué habla de "te quedai aquí" si igual ni me deja faltar.
Cuando me acorde del mensaje ya no tenía internet ni tenía datos, y tampoco me acordaba bien del user de ig, seguramente el vería el visto que le deje en la mañana.
Llegue a mi sala y adivinen ¡! no llega tarde, bien ctm.
—Hueon hoy llueve —me saludo mi compañera de puesto, la Isi—. Florencia Andrea Ortega Sáez llegando temprano.
—Cállate maraca —me reí y me senté a su lado.
— ¿Estudiaste para biología? —me pregunto sacando el cuaderno de dicha materia.
—Yes, toda la tarde, sufrimiento puro —conteste echándome en la silla—. ¿Y tú?
—Le dai color —se rio genuinamente. La Isi tenía delirios de médica y amaba todo relacionado con biología—. Tuve entrenamiento ayer así que no pude estudiar mucho, igual la materia no estaba tan difícil, es más complicada la materia del electivo.
—Yiaa, claro —respondí y en eso llego la Igna a su puesto.
—Me quiero matar —fue lo primero que dijo.
— ¿Por qué se podría saber ahora? —le pregunte, era dia de cada pan en su vida esa frase.
—No sé ni una mierda de biología —respondió ella, preocupada—. O sea si se, estudie y todo, pero asumo que me va ir mal. Adiós carrete del sábado.
— ¿Carrete del sábado? —pregunto la Isi curiosa—. Pequeñas saltamontes, sabían de un carrete y no me habían avisado, que tipos de amigas son estas.
—No era algo oficial tampoco —dije yo—. Además tampoco no creo tener ganas.
La Igna y la Isi se comenzaron a reir.
— ¿Acaso queri que te muestre las fotos del ultimo carrete al que le dijiste "no creo tener ganas"? —me desafío la Isi, choriza.
—A ver, a ver, a ver. Carrete como carrete no fue, era una despedida de soltera —aclare intentando defenderme, hablar puras injurias estas, que se creen—. Y tú, Isidora Diaz, teni partido el domingo, como tan irresponsable de salir a carretear un día antes del partido.
—Tcha, que te creí, me divorcio de este puesto maraca —me aviso entre risas y asi como dijo, se paró y se fue.
—Eh, bueno yo sigo pensando en mi muerte segura después de esta prueba —aviso la Igna.
—Ay, si igual te vamos a salvar —le dije yo para que se quedara tranquila.
Y así fue po, por milagros de la vida la profe se había retrasado y la prueba nos la hizo una impe, que se hacia la hueona no más, pero nos dejó copiar, solo que la debíamos hacer piola.
— Aleluya, ¡el carrete si va! —la Igna levanto los brazos como agradeciéndole a diosito, el grande.
—Uffa, carrete, me uno —se metió el Simón levantando las cejas—. Ya saben que soy el único legal del grupo, vamos y le pido el auto prestado a mi papa, soy un hombre responsable —saco pecho y la Isi lo abrazo por detrás.
— ¿Vamos a desayunar? —sugirió con una cara de que estaba caga de sueño—. Hueon en la prueba me dieron unas ganas culias de dormir.
— Deberiai organizarte mejor po —le reto el Simón como si fuese su mama, incluso imito sus gestos de desaprobación—. Estudiar antes para que no se haga tan pesao hacer todo un día antes, cuando casualmente tus entrenamientos son cerca de las pruebas y a la chucha de aquí.
— Yayaya vieja culia —se rió la Isi, pero eso hizo que se notaran un poco bastante las ojeras, ambos intercambiaron una mirada tierna y se dieron un piquito—. Te quiero.
— ¡Yo igual los quiero pero si no se apuran nos vamos a quedar sin pan! —interrumpió la Igna, culia arruina momentos románticos.
Bajamos al casino y nos sentamos en una mesa para desayunar, cuando nuevamente divise al grupito de ayer, pero le reste importancia, así que para tratar de aligerar el aire, hable:
— Me metí a un preu —comente, pero después comencé a pensar de que eso no aligeraba na el aire, incluso lo ponía más tenso.
— Harto tarde sipo —se burló el Simón—. Ya estamos a abril. Y les apuesto que más encima apituta por la mama, ¿o no?
Y si, era verdad, mi mama era profe y aunque hace caleta que había dejado de hacer clases, le seguían haciendo favores porque mi madre es una amorosa igual que yo, ah.
— A ver, a ver, uno hace lo que puede —me excuse entre risas.
— Hueon, he faltado a las últimas tres clases —intervino la Isi entre avergonzada y estresada, aún no sabe mi mama, pero si lo hace me va matar.
— ¡Oe, López! —le grito un tipo desde el otro lado del casino al Simon, interrumpiéndonos—. ¡Dile a la Ortega que me dé la pasa po!
Me di vuelta y cache que era el mismo loco de ayer, mish, ayer preguntaba por mi nombre, si hasta mi apellido se sabía, y más encima lo gritaba para dejarme en vergüenza, pero que lata, existencias como la suya me importaban bastante poco a estas alturas del partido.