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Siento como Emily me abraza con fuerza mientras llora en silencio escondida en mi pecho. Yo no la he soltado en ningún momento, no me imagino como debe de estarle afectando todo ésto, yo tengo veinte años y tengo pánico de toda está situación, entonces no logro imaginarme cómo debe de sentirse ella ante esto con tan solo trece años.

Todas las chicas vamos en silencio y en todas nosotras se ve el mismo nerviosismo y miedo.

La camioneta se detiene luego de casi una hora y media de camino según mis cálculos. Todas nos miramos entré sí y las puertas se abren, los dos tipos que venían custodiandonos se bajan y luego nos ordenan hacerlo también.

Frente a nosotras hay una enorme y lujosa construcción que tiene fachada de club, a su alrededor no hay casas ni rastro de personas, tan solo está rodeado de árboles frondosos, se ve que la idea era tener lo más alejado posible este lugar de la ciudad.

Nos hacen entrar a empujones a el lugar y en ningún momento suelto a Emily. Caminamos por un pequeñito pasillo que nos lleva a lo que deduzco es la parte principal del lugar. Las luces fosforescentes  viajan de un lugar a otro, hay un escenario con tres tubos donde ya hacen bailando algunas chicas con muy poca ropa mientras nos miran atentas, frente a él están muchas mesas exparsidas por casi todo el salón y tambien hay una barra dónde se  encuentra un chico limpiando algunos vasos.

- Ustedes, y tú — El tipo de la cafetería señala a las chicas del escenario, y al joven que está en la barra — Largo.

Sin decir nada entran a una puerta y desaparecen. Nadie dice nada y la tensión es palpable en el aire.

Los pasos de una persona se escuchan a lo lejos y luego acercándose a dónde nos encontramos nosotras, otra puerta que ni siquiera había notado se abre y un hombre de traje se asoma en ella, la cruza para caminar hacía nosotras y detrás de él le siguen dos hombres que de solo verlos me provocan escalofríos, uno es regordete de estatura promedio, tiene una asquerosa barba que le llega unos siete centímetros por debajo de  su quijada,en su cuello hay una enorme cicatriz que es imposible pasar desapercibida y en sus manos lleva una arma, el otro es más alto y un poco más delgado no tiene ni un solo cabello en la cabeza y también cuenta con un arma. El tipo que lleva  traje es un hombre de aproximadamente unos cincuenta años que viste un traje negro muy elegante y perfectamente planchado, es alto, delgado pero no descuidado, su piel es blanca al igual que las canas que se mezclan con su cabello negro, en su cara ya hay varias arrugas pasando factura de los años vividos. Mientras camina hacia nosotras no puedo evitar sentirme nerviosa, este tipo derrocha elegancia pero también mucha imposición y el regordete me causa la misma desconfíanza que el tipo de la cafetería.

Sé que algo desagradable para nosotras está por venir, lo puedo sentir.

- Señor Nicholas — Carlos le da la mano con respecto y el la recibe sin darle mucha importancia — Que gusto verlo de nuevo.

- A lo que nos interesa Carlos — Le corta de inmediato — Dejemos la barbería para después.

- Lo siento señor — Agacha un poco la cabeza pero luego la levantó para mirarnos — Estás son las nuevas chicas que he conseguido con los muchachos, son veinte— Nos señala y el nos ve con atención.

- Al escenario en hilera frente a mí — Espeta con autoritarismo.

- Hagan lo que el señor dice ¿Qué esperan? ¡Muevanse! — Nos da un empujón y nos obliga a subir al escenario en el que se encontraban las bailarinas.

Nos acomodamos como nos ordenó y el nos mira con atención evaluando a cada una. Camina lentamente hacia el escenario y sube las escaleras para estar justo frente a nosotras y a solo centímetros de cada una.

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⏰ Última actualización: Aug 26, 2018 ⏰

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