ZOMBIE: APOCALIPSE END

No hay salvación.

-Que... ¿Que cojones..?
-A-ayuda por favor... Dijo en voz baja.

Vi una niña en el suelo, en medio de cristales rotos, tenía el brazo sangrando y estaba con un peluche de un osito al cuál le faltaba un ojo y tenia una cicatriz en el brazo.

-¿Que haces aquí sola?
-Mi mamá está en ese mercado...
-Voy a buscarla, ¿cómo se llama?
-María.

Fui al supermercado.
No sabía que coño estaba pasando, ¿qué era todo esto? ¿cómo empezó? ¿porqué tan rápido ha transcurrido esta tragedia?

-¡María! ¡María! ¡¿Hoola?! ¡¿Maria?!

El super estaba lleno, pero vacío al mismo tiempo, habían cosas tiradas por el suelo.

-¡¿María?!

Se escuchó un golpe en una esquina.

-¿Hay alguien?

Fui corriendo y había una mujer llena de sangre tumbada en el suelo

-¿Eres María? Dije preocupado.
-Si... Dijo con un fino hilo de voz, parecía que no podía hablar porque se iba cortando y iba tosiendo frecuentemente.
-Tu hija, esta bien. ¿Que ha pasado?
-Te lo contaré todo...

-¡Luís!
-Oh amor, me olvidé que estabas aquí.
-Qué, ¿vamos?
-Sí. ¡Lucía!
-Ya voy mamá, ya voy. ¿Dónde vamos?
-Vamos al pueblo de tu abuelo, a pasar unos días allí.
-¡Biien!

El viaje fue largo, estamos a doce horas en coche.

[...]

-¡Llegamos!
-Sí Lucía. Venga, descarguemos.

Lo descargamos todo y nos instalamos en la vieja casa de mi padre.

-Hola, bienvenidos. Dijo mi padre Juán.
-¡Hola!
-¿Cómo estáis?
-Muy cansados pero... Bien.
-Jeje... Venid venid, vamos a cenar.

Para cenar habían patatas fritas con hamburguesa casera.

-¡Que rico abuelo!
-¿Verdad que si Luci? Jeje
-Y, ¿que tal vas Juán? Dijo Luís.
-Bien... Bien supongo.
-Supones? Dije preocupada.
-Si, tú hermano Pablo está muy raro últimamente.
-Oh, ¿sigue trabajando en la empresa de TransLort?
-No, es militar.
-¡¿Militar?! Dijimos todoa a la vez.
-Si. Últimamente esta haciendo muchos informes y poco trabajo, creo que el ejército trama algo.
-Oh... No lo sabíamos.

De repente, sonó el timbre de la casa.

-¿Si?
-Agh... Gritó una voz familiar.
-Pablo... Últimamente no te veo por aquí.
-Pa... Papá.... Se desmayó.

Dos días después, despertó en el hospital de al lado del restaurante de alta gama  "The Hell said hello, honey".
Todos estábamos muy preocupados, yo estaba con él, en su habitación.

-¿Qué te pasa...? ¿Estás mejor?
-Hola... No lo sé...
-Joder...
-Oh, hoy tenía una fiesta.
-No podrás ir...
-Si.
-No, enserio...
-Bueno vale, pues no. Vete a tu casa, estoy bien.
-Antes quiero que me digas que mierdas te pasa.
-Mm... Nada.
-Enserio.
-El ejército está preparando algo muy chungo, no quiere que nadie lo sepa, quizás muera pronto, recuerda que te amo hermanita.

Después de decirme eso, me abrazó fuertemente.

-Chicos, se acabó el horario de visitas.
-Vale... Adiós hermanito, no mueras, resiste.

Me fui a mi casa en taxi, mientras estaba en el coche me estuve rayando mucho, que le pasaba a mi hermano? Sería solo una tontería o... Bah, da igual, no sería nada.

[...]

-Eso es todo.
-¿Todo?
-No... No lo sé... Dijo hiperventilando.
-Qué, ¿qué te pasa?
-Matame.
-¿Cómo? ¡No haré eso!
-¡Matame!

Justo después de decir eso, a María se le pusieron los ojos rojos, escupio sangre y se transformó en uno de ellos, joder, nunca había matado a nadie, no podía hacerlo...

María me agarró.
-¡Agh! ¡Quita!
Le pegué con el bate en la cabeza varias veces, era fuerte.
-Oghh... Soltaba como gemidos fuertes.
-Te... Te mataré...
Al final, conseguí matarla de un golpe crítico en la nuca.
-Uff...

Personas inocentes muriendo por culpa de esto, ¿porqué? ¿porqué Dios, si es que existe, ha decidido purgar de esta forma tan y tan violenta?
No lo sé, nadie lo sabe ni lo sabrá...
De repente, vinieron muchos zombis por detrás mío, el sonido y la sangre los alteraba.

-Oh mierda, ¡la niña! Me acordé de ella en el peor momento.

Fui a por ella muy rápidamente.

-Hola...
-¡Lucía! Corre, ven. La cogí en brazos.
-Y... ¿Y mamá?
-No hay tiempo para hablar de eso, agárrate fuerte.
Corrí con ella en brazos, no pesaba mucho, era fácil a la vez que difícil, los zombis no eran tan lentos....
-¡Eh! Oly...
-¿Oly?
-Mi peluche... Se puso a llorar.

¡Joder! Se había quedado detrás.

-Sigue corriendo, sigue hasta fuera, cierra la puerta, espérame, no tardaré.
-Vale...

Llegó el momento de la verdad, un hombre con un bate de béisbol, muchos zombis, y un pequeño objetivo, Oly.
Los zombis seguían hacia mi, creía que estaba perdido pero, corrí, corrí como si no hubiera un mañana a por el osito, iba a por el, era mi único objetivo.
Creía que estaba muerto pero abrí los ojos y vi que estaba muy equivocado.
Los zombis, ¿dónde estaban?

-Ogh... Gimió uno de ellos.

Habían caído a un pequeño hoyo en el suelo, me tenía que dar prisa. Los zombis no tardaron en subir de nuevo, ahora si era complicado.
Una vez con el osito en las manos, tenia dos opciones, ir con sigilo o pasar a la acción.
Esta vez elegí el sigilo.
Fui hacía atrás, subí hasta unas vigas que colgaban del techo, me moví lentamente, creo que tire alguna cosa que otra, aunque los zombis no se daban cuenta, simplemente miraban a todos lados y seguían andando cojos, todo fue un poco difícil hasta llegar a una ventana que daba al exterior, bien, habían cajas, me tiré encima y me salvé.

-¡Oh! ¡Saliste, y estás bien!
-Si... Acompáñame, te llevaré a mi casa, tendremos que hablar.

[...]

El tiempo transcurrió rápido, no llegamos tarde a mi casa porque estaba relativamente cerca y no habían zombis por los alrededores. Pronto de hizo de día.

-Buenos di... Oh, ¿quién... Quién eres?
-Me llamo Lucía.
-Oh, buenos días amor Dije con voz ronca después de haberme despertado.
-Hola...
-Ayer por la noche salí a la calle, y me la encontré. También a su madre aunque... Murió, por desgracia. Se más detalles sobre la epidemia pero todavía no lo sé todo.
-Como que sabes más detalles sobre la...
-Nada. Despierta a los demás, tenemos un día un tanto ajetreado por delante.