Domingo por la mañana y ella se levantó, preparo sus cosas para meterse a bañar. Tenía que ir a ver a Rainees después de lo que pasó, el problema es que no sabía como ir.
Salió de su nueva habitación y tropezó de la rama del árbol... gritó gritó, pero, se dio cuenta que no cayó; en realidad la rama se movió para que no cayera. Era lo bueno de este tipos de institutos. La rama la dejó en la puerta de su habitación y Éter se levantó rápidamente a buscar a Rainees. Bajo a la sala común de Eregon y fue directamente hacia la puerta, de no ser...
-¿A dónde tan temprano señorita Howinzone?- era el profesor Hamton.
-Tengo que ir a buscar algo...-.
-¿Algo o alguien?-.
-Quiero buscar a Rainees...-.
-Si me permite, yo puedo llevarla. Eres nueva y necesitas un guía-.
-Aléjese de mí-.
-Oh, Éter ¿tú no entiendes bien las cosas verdad?-.
-¿A qué se refiere?-.
-Te estoy dando la oportunidad de ser alguien importante aquí-.
-No lo entiendo- Éter se marchaba, pero Hamton agarró fuertemente su brazo... se acerco a ella y le dijo:
-Eres una humana, aquí nadie te respetará por ser de Eregon... tú decides si estaras de nuestro lado o regresaras a ver a tu amiguita-.
-Me tengo que ir- dijo Éter soltandose de Hamton y corriendo a buscar a Rainees.
*******
Lo malo de salir corriendo es que muchas veces puedes toparte o tropezarte con personas; pues esta no era la exepción, Éter cayó al suelo por chocar con Marqiu Amenatro, el centauro de las montañas.
-Lo siento mucho Éter, no era mi intención- Exclamó tímidamente el centauro.
-No importa- decía Éter mientras Marqiu la ayudaba a levantarse. Éter se sorprendió de la figura del centauro, para ser un adolescente tenía cara y cuerpo humano de un hombre de 30 años.
-Permítame hacerle un favor como pago de mi torpeza-.
-Bueno, emm... ¿dónde esta el grupo de Teregon?-.
-Todo derecho- señaló el centauro hacia el suroeste.
-Gracias Marqiu-.
-No hay de que Éter-. Y ella se fue corriendo, buscando a Rainees para alguna explicación.
Al tocar el tronco donde estaba la sala común, una mujer de cabello azul y una hermosa piel blanca que hacían resaltar sus ojos color miel abrió la puerta.
-¿Qué desea?- la mujer tenía un vestido floral sencillo y Éter observó más allá de ella... tenía alas. Una hada.
-Yo... yo, vine a buscar a alguien-.
-Claro, pase por favor- la mujer con voz dulce le dejó pasar a la sala común de Teregon. Un lugar cómodo sin muchos arreglos por lo mismo que son muy abnegados los de ese grupo -Perdone, ¿A quién busca?-.
-Rainees Weekman-.
-Ohh, permítame tantito- Éter esperaba sentada en los sillones sencillos de la sala común de Eregon mientras observaba la chimenea apagada del lugar.
-¡Éter!- exclamó Rainees al ver a su amiga.
-Hola Rainees. Tenemos que hablar-.
-Claro, pero aquí no... vamos a casa de Braen-.
ESTÁS LEYENDO
Protectores Mágicos: El Clan Sócrates
FantasyÉter Howinzone cumple sus 16 años y esta lista para ir ( a la fuerza) al Instituto Weekman de Protección Mágica que habita en el Mundo Mágico donde aprenderá más de lo que ella es. Ella es especial y tendrá que enfrentarse al Clan Sócrates, una asoc...