Me dio la mano, observé que llevaba puestas sus iniciales en la manga de la camisa, sé que es un poco pronto para decir todo esto, pero le he encontrado.
Me desperté envuelta en unas sábanas blancas sin arrugas, cuándo recordé dónde me encontraba, me puse de pie para vestirme, pero no tenía la ropa.
En ese instante entró el señor "RR" después de llamar tres veces a la puerta, me explicó que me la estaban lavando, me dejó encima de la cama una camisa suya y se fue de la habitación.
Me la puse, parecía que llevaba un vestido de lo larga que me quedaba, olía genial y en la manga volví a leer sus iniciales, pero yo no recuerdo que me dijese su nombre, sé que tiene veinticinco años y que está soltero, pero poco más, no recuerdo casi nada de lo ocurrido, debí de beber demasiado.
Salí de la habitación, era una casa enorme, la cocina estaba al final por lo que fui para desayunar, al llegar una señora de unos cincuenta años, me ofreció sentarme en la silla, ya estaba todo el desayuno en la barra, huevos, beicon, zumo de naranja natural y café, un café que olía genial.
Él llegó, me dio un beso en la mejilla y se sentó a mi lado, llevaba puesto un traje azul oscuro, una camisa blanca y unos zapatos negros, que parecían nuevos.
-¿No desayunas?, le pregunté.
-Desayuné antes, llevo ya un rato levantado, ahora me tengo que ir a trabajar pero volveré más tarde, ¿quieres que te deje en algún sitio?.
-Me harías un favor si me dejas en el trabajo, le dije.
-Por supuesto, Ana, ¿le das a la señorita su ropa por favor?.
Le dijo a la señora que me puso el desayuno.
-Por supuesto, ahora mismo.
Cuando me vestí, me cogió la mano y bajamos al garaje.
Tenía muchos coches, la mayoría de lujo, ferraris, mclaren, audis, bmw... eligió "la ferrari" era espectacular, esos asientos en color rojo...me daba hasta miedo mancharlo con algo.
Le pregunté cómo se llamaba, Raúl Rodriguez respondió y soy empresario, por si te lo preguntas y bueno, cuéntame, que es de ti, ayer la verdad es que no pudimos conocernos cómo es debido.
-Pues yo me llamo Marina, soy auxiliar de enfermería, no tengo ni bmw, ni audis, ni ferraris, aunque cómo no, me encantan y bueno, tengo diecinueve años.
Paró en la puerta del hospital, me cogió la mano y me puso una caja en la que ponía "rolex" la abrí y era un reloj que costaría más de lo que ganaría yo en toda mi vida, le dije que no lo podía aceptar, que era muy caro, insistió, poniendo la excusa de que así no le olvidaría y volveríamos a quedar, supongo que le di pena después de lo de ayer...
Me acarició la cara, puso su mano entre mi pelo suavemente, y me besó.
Nadie me había besado de esa forma, dejé de oír todo lo de mi alrededor, sólo estaba en ese momento, nada me importaba, de repente se alejó despacio, notaba cómo nuestros labios se separaban.
Sonreí y salí del coche para dirigirme hacía el hospital, al llegar a la puerta me giré para ver si seguía allí y le vi, en aquel coche con esa sonrisa perfecta, a continuación arrancó y se fue mientras me miraba.
(No me puedo creer, que todo esto me haya pasado por conocerle en un bar...)
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Señor RR.
Teen Fiction🏅 #28 entretenida. / 🏅 #15 reloj. Y me pegó al decirle que no quería seguir con él, pero aquel chico, el que estaba sentado en una de las mesas, salió a defenderme... Los dos ocultan cosas, pero ¿saldrán a la luz?.