La carta de anoche queso incompleta porque el tarado de mi hermano me apago la luz. Yo la prendí, el la apago, yo la prendí, el la apago. Yo le di un almohadazo, el me dio otro. Yo le di otro mas, pero un poquito mas fuerte, y se puso a llorar. Apareció mi papa y se pudrió todo. Esto va a ser un martirio, ya lo veo.
¿A que no sabes desde donde te estoy escribiendo? ¡¡¡¡¡Desde la playa!!!!!
Ya me metí al mar tres veces, pero ahora mi mama me tiene acorralada adentro de la carpa, porque dice que hay que cuidarse del sol por lo menos una semana, lo cual, como te diste cuenta, nos deja solo una semana libre y si a esa le sumamos que “quince días pasan rápido”, a estas vacaciones no les veo la gracia.
Esta playa no es la que yo quería. Es, por supuesto, la que quería mi papa. Yo había elegido una que estaba re copada. Pasaba todo el tiempo música de los chicos por los parlantes, tenia cualquier cantidad de jueguitos y hasta un McDonals.
Pero mi papa dijo que él quería descansar, y que no soportaba que que esos alaridos le taladran los oídos durante todo el día (los alaridos son la música claro) Asi que vinimos acá. Esta playa es “mas tranquila, mas segura para mi hermano”….y está llena de viejas, que la pasan joda jugando domino.
En fin. Igual la otra playa esta cerca, y si los convenzo puedo ir caminando en cualquier momento.
Me estoy aburriendo horrores. Sobre todo porque no conozco a nadie. ¡Como me gustaría que este acá conmigo! La pasaríamos súper bien. Hay cosas re divertidas, pero claro, hacerlas sola no tiene gracia. Además no me dejarían.
¿Sabes que sería lo mejor si estuvieras acá? ¡Que podríamos hablar! Podríamos ir en busca de nuestros chicos, hacer locuras, cosas que sola, no puedo.
Creo que mi hermano también se aburre. A su manera, claro, que es rompiendo la paciencia de cualquiera que se le acerque. Pero te juro que a veces me da lástima. Empieza poniéndose pesado pidiéndole a todo el mundo que juegue con él. Por supuesto, nadie le lleva el apunte. O si, durante un ratito, y después chau. Entonces dirige sus misiles contra otro, miembro de la familia. Y dale, y dale, que vamos al mar, que hagamos un pozo, que vamos a los juegos, que vamos al mar, que hagamos un pozo, que vamos a los juego, hasta que mi papa se harta y lo reta (A veces pienso no ser la única que no lo soporta)
Hace un rato por ejemplo. A mi hermano se le había antojado que quería un helado, cosa bastante natural, porque el heladero pasa cada cinco minutos, y ¿Quién no se va a tente? Pero la cosa es que ya se había tomado uno esta mañana, asi que le dijeron que no. Mi hermano, yo creo que por puro aburrimiento, insistió. Después lloro. Después patio el piso y consiguió que mi mama le comprar el helado, con tal de no escucharlo, y bajo promesa de que era el ultimo del día.
Mi papa se enfureció y dijo que mi hermano era un caprichoso por cual de mi mama que lo consentía. Mi mama, como un diosa, siguio tomando sol, y mi hermano, como el hijo de la diosa, se siguió devorando el helado.
Su indiferencia hizo que mi papa se enojara mas, e insistió con que Federico tenía que aprender que “cuando se dice no, es no”, y ahí mi mama contesto, con los ojos cerrados y sin dejar de tomar sol “Entonces, ocúpate vos de decirle que no, en vez de leer el diario”
Misil, “¿Vos Queres decir que yo no me ocupo?” “Yo quiero decir, que si vos estás leyendo el diario y no te das por enterado el capricho, después no me critiques”
El resto no lo escuche. Dije voy al agua, y me fui. Nadie se entero, porque a los diez metros escuche la voz de mi mama preguntándome a donde iba, y mandándome de paso a Federico, con helado y todo.
Cuando llegue a la orilla, mire hacia nuestra carpa. Parecía que ya no discutían y que la cosa no había llegado a batalla tirándose los bolsos por la cabeza (en realidad jamás hacen algo asi, son muy civilizados). Mi papa estaba leyendo el diario, y mi mama, de espaldas, seguía tomando sol. No discutían. Ni siquiera hablaban.
No sé porque te cuento esta pavada. Estas vacaciones son tan aburridas, que las peleas entre mi mama y mi papa son lo mas emocionante que tenemos.
Espero encontrar a alguien con quien poder hablar antes del tercer día, o sea de mañana, con suerte a uno de los chicos, claro, en mis sueños.
¿Vos ya me escribiste? Todavía no recibí ninguna carta tuya. Te mando esta hoy a la tarde, sin falta. Un beso enorme.
Luciana