Oscuros Secretos

Capitulo 5 - Tailor

Me despedí de los chicos y me dedique a esperar a Valentina en la entrada del colegio, yo sabía que hoy volvería al colegio, ya había faltado dos días a causa de su desmayo. Cuando me enteré de que de la nada se había desmayado me reuní con Luisa, Kate y Juan para enviarle unas flores, aunque no soy el tipo de chico que regala flores me sentía culpable por lo que le estoy haciendo a Val, yo se que es algo terrible pero en fin así son las apuestas y yo no acostumbro a perderlas.

veo a valentina entrando al colegio y me le acerco - hola bebe como sigues- ella levanta una ceja y me mira extrañada

-¡¿Bebé?!, perdona desde cuando tanta confianza, y a ti que te importa como sigo- me encanta cuando se enoja se ve tan graciosa, lucho por no reírme

- Wow y porque tan arisca bebé, acaso tuviste una mala mañana o ¿que?

- Eso no importa, y a ver  tu desde cuando estas tan interesado en mi?

- Desde el día en que entre a la clase de literatura y prácticamente me querías comerme con los ojos- se sonrojo y miro al suelo nerviosa

- Qui.. quien dijo que te estaba mirando a ti - esta tartamudeando me encanta como se pone cuando está nerviosa

- si no me estabas mirando a mi porque te sonrojaste cuando te vi ese día y tartamudeaste ahora al dar tu respuesta - Levantó una ceja y sonrió, se volvió a sonrojar y evade mi mirada. Dios es tan tierna esta niña.

- No tengo tiempo para esto, ahora me voy a clase chao

- Chao bebe - le guiñe el ojo , ella se sonrojo y se dio la vuelta para ir a su  salón.

Valentina no es una chica de las que te encuentras en todas partes, su cabello es rojizo y ondulado, lo usa muy largo, ella es bellísima pero también es muy tímida y tiende a esconder su belleza, es un poco testaruda y por lo que me han dicho sus amigos muy controladora, una parte de mi está interesada en ella, pero otra sabe que si estoy con ella lo único que le traería son problemas y sufrimiento.

Cuanto quisiera alejarme de ella en este momento y no hacerla sufrir pero no puedo hacerlo por esa estúpida apuesta, en momentos como estos me odio tanto a mi mismo...