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Jackson hizo una mueca de dolor mientras intentaba ocultar el moretón, rápidamente se arrepintió de haber golpeado al mocoso de Yugyeom porque ahora su preciosa cara estaba arruinada y probablemente si su mamá se daba cuenta de que estuvo metido en una pelea, le terminaría golpeando más duro pero luego recordó lo que le dijo a su hyung y se sonrojo hasta las orejas.

Jinyoung había llegado a su hogar luego de que se acabaron las clases y tenía una de esas sonrisas maliciosas y manipuladoras, temió por su vida y le rogó al cielo que fuera el la persona que causo esa rara mueca en la cara de su mejor amigo, al final el sí estuvo involucrado pero el pelinegro se estaba burlando de su hyung, al parecer le había dejado un pequeño problemita cuando se fue de la enfermería y se había olvidado de decirle cuales eran las indicaciones de la anciana.

— ¡Hijo! —su madre le grito desde lo que parecía ser el primer piso y Jackson salió de sus recuerdos. — ¡Tu amado JB te está esperando en el auto!

El castaño se sonrojo nuevamente y se miró al espejo, al parecer no había hecho un mal trabajo con el maquillaje porque este casi no se notaba, orgulloso de su trabajo salió del baño, por un momento casi se le olvida la mochila y cuando lo recordó, salió corriendo a tomarla. — Mamá, por favor no me avergüences así. — se quejó el castaño y beso la mejilla de su madre despidiéndose. — Por esta razón es que estoy solito.

— Como si esas cosas pasaran Jackson, a la única persona que aceptare como tu novio será a Jaebum. — Se burló su madre y saludo al mencionado cuando abrió la puerta de su casa. — No sé qué fue lo que paso y mucho menos la razón por la tienes tanto maquillaje, pero sé que ambos se quieren demasiado, así que no tarde en volverse novios.

— Ojalá alguien allá arriba te escuche mamá. —murmuro y se despidió de la mujer antes de que esta agregara algo más. — Te amo, nos vemos luego.

Cuando entró al auto se dio cuenta de que su hyung estaba muy tenso, más tenso de lo normal y eso solo lo hizo divertirse más de la situación en la que estaban metidos, también se dio cuenta de un nuevo sentimiento que brillaba en los ojos del mayor y eso solo hizo sentirse orgulloso de cómo se veía. Echando una mirada hacia alrededor y principalmente hacia su hogar, cerciorándose de que nadie descubriera lo que estaba a punto de hacer, se inclinó hacia él.

— Hyung, te ves muy tenso hoy. — estiro su brazo y con su mano acarició los fuertes muslos del mayor, actuó inocentemente y formo un pequeño puchero en sus labios. — Creo que ya no estás muy feliz con mi presencia ¿Pero sabes? Podríamos cambiar eso si quisieras.

— Jackson... creo que deberías detener lo que sea que estés haciendo. — temblando de puro placer y con la mirada nublada, su voz tembló cuando sintió que la mano del castaño seguía acariciándolo tan lentamente.

— No hyung, tienes que entender que no soy frágil cuando estoy contigo. — se lamió los labios notando los suspiros de placer del mayor y detuvo su mano. — No puedes romperme, pero podrías intentar doblarme ¿no te gustaría?

— Jackson...

— Cállate. — Y tomando la cara del mayor, se acercó para dejarle un suave beso en los labios. Apenas fue un toque pero si sintió esa sensación electrizante por todo su cuerpo, se arrepintió de no haberlo hecho hace mucho tiempo atrás. — Además te olvidaste de saludarme, eso fue muy grosero de tu parte, por otra parte aun tienes que disculparte con los muchachos y conmigo. — Retirando su mano y acomodándose mejor en la silla, regaño al muchacho que se había quedado paralizado y con los ojos abiertos.

— ¿Qué...? — Sacudió rápidamente su cabeza y perplejo aún por lo que había pasado, arranco el auto. — Creo que no deberías regañarme después de lo que hiciste, no me diste tiempo de decirte algo.

FrágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora