12

1K 113 21
                                    

— A mi madre no le gustara que llegues a mi casa con esa cara de odio, hyung.

Jaebum lo fulmino con la mirada y se restregó los ojos, aun somnoliento, a pesar de que los dos habían arreglado los recientes celos del mayor, no quitaba el hecho de que tuvieran que escuchar cosas extrañas del cuarto de al lado, a tan solo unos metros donde estaban intentando dormir. Decidieron marcharse de la casa de Jinyoung aun cuando eran apenas las 7 de la mañana, se llevaron en el carro a Yugyeom quien se veía peor que ellos y lo invitaron a descansar a la casa de Jackson, una cordial invitación por parte del gruñón de JB.

— ¿Quieres que este sonriendo después de escuchar todas esas cosas extrañas que gritaba Bambam? — Se aparcó al frente de la casa del castaño y noto como este tenía un puchero de fastidio. — Bien, intentare mantener una buena cara mientras tu mamá este con nosotros.

— Jackson-hyung, ¿puedo dormir en tu habitación? — La voz cansada y aún muy adormilada de Yugyeom los hizo mirar la parte de atrás del carro de Jaebum, el chico apenas y podía abrir los ojos del sueño que tenía.

La voz del mayor salió ansiosa, casi preocupado y llamo la atención de Yugyeom. — No, mocoso, tienes que participar con nosotros en la visita.

— Jaebum-hyung, te voy a matar al final de este día.

— Igual te gane, Jackson-ah, el mocoso es nuestra persona rescatada de hoy y tiene que estar todo el tiempo en compañía de los dos.

Yugyeom salió del carro y murmuro muy bajito intentando que el gruñón de su hyung no escuchara algo. — Yo solo quería dormir, ¿por qué tengo que estar en medio de las peleas de parejas?

— Tal vez deberías empezar a hablar sobre tu nueva conquista, solo no estas. — Jackson se burló pasando uno de sus brazos por los hombros del menor, a pesar de que este era más alto y que para decirle eso tuvo que pararse de puntitas.

— En realidad no tengo a nadie. — Yugyeom suspiro con tristeza, casi recordando como todo lo que había intentado esconder de sus amigos, ahora salía a la luz. — Esa persona decidió que yo no era alguien bueno y dejo de hablarme como si nada.

Aun con su mala cara, Jaebum se volvió hacia el menor notando como la tristeza que este había estado ocultando, se desbordaba en la expresión que tenía, casi parecía derrotado. — Si sabes que le podemos romper la cara a ese idiota, ¿verdad?

— No, hyung, él en verdad no lo merece. — El menor se inclinó hacia adelante y con una sonrisa pura, calmo a sus dos amigos quienes parecían estar dispuestos a dar la vuelta en el carro e ir a romper unos cuantos dientes por él. — Hoy solo nos preocuparemos por no desmayarnos del sueño y por la cena con la madre de Jackson-hyung.

Los tres muchachos salieron del auto con expresiones cansadas, casi arrastraban los pies y cuando Jackson abrió la puerta de su casa, se vio atacado por su madre. Esta le tomo las mejillas y le acarició el cabello, tratándolo como un bebé enfrente de sus amigos, estos se estaban aguantando la carcajada de ver del más bajito con las mejillas sonrojadas, pero cuando la señora Wang los vio; ahora fueron ellos quienes terminaron con las mejillas rojas por los pellizcos que le dio la señora, reclamándole al mayor por no haber venido desde hace tiempo y a Yugyeom por estar más alto y lindo.

— Señora Wang, JB-hyung no me dejo dormir en el cuarto de su hijo. — El menor de los muchachos se quejó e hizo un puchero, intentando comprarse a la mamá de su amigo. — ¿Verdad que usted si me va a dejar dormir un ratico?

— Acaso no sabes cuándo quedarte callado, ¿verdad? — Jaebum le pego en el cuello al muchacho quien se quejó del dolor. — No se preocupe, señora Wang, todos desayunaremos con usted.

FrágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora