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- ¡No le pegues a mi mamita! - El pequeño corrió y con toda la energía que podía tener su pequeño cuerpo, comenzó a golpear las piernas de "ese señor malo".

Cuando llamo su atención, se volteó y lo vio con tanto odio, que cualquiera diría que iba a matar al pequeño.

Comenzó a dar pequeños pasos hacia el.

El pequeño retrocedía

- ¡Mami! ¡Ayúdame! - Le grito Noah a su mamá, pero estaba tan golpeada que no pudo reaccionar del todo. - ¡Chloe! ¡Por favor! - Su hermana estaba escondida, pues cuando Dante estaba borracho la tocaba de una manera incorrecta. - ¡No! ¡Mam...! - fue callado por una cachetada

- ¡Cierra la puta boca Niño idiota! - Noah contuvo las ganas de llorar con todas sus fuerzas, cuando por fin su padrastro se había ido corrió al rescate de su mamá

- ¡Mami! ¡¿te encuentras bien?! - La ayudo a levantarse y Clarisa le dio un beso

- Si hijo... eres muy valiente ¿lo sabias? - Le sonrió

- Mami... ya no quiero que te haga daño, tampoco quiero que lastime a Chloe...

- Pronto hijo, pronto nos vamos a deshacer de él, eso te lo prometo.

- Pero Mami... eso dijiste la semana pasada y no ha pasado nada. - Dijo el menor de 7 años

- Lo se... pero todo es un procesó, por ahora solo hagan lo que el les diga. - El menor asintió y una lágrima corrió por su mejilla- Mi amor... ahora, te tengo una misión súper importante mi príncipe. - Noah sonrio- Toma, ve y saca a tu hermana del sótano, luego enciérrala en la torre para que no le puedan hacer daño, y luego corres a tu cuarto y la cierras para que el dragón no entre. - Le dio las llaves y lo abrazó

- Pero Mami, ¿y tú? Como príncipe también tengo que salvar a la reina ¿no?

- Si mi príncipe... pero recuerda que la reina siempre tiene que estar con su reino, tiene que protegerlo.

- Mami...

- Noah... protege a la princesa y sálvate tu, te prometo que estaré bien.

- ¿Promesa Real?

- Promesa Real. - Le dio un beso y Noah corrió al rescate de la princesa Chloe.

Clarisa le hacía creer a sus hijos que eran de la realeza y que vivían en un palacio con un hombre malo que a veces invadía el reino... así era como los mantenía "a salvo".

(...)
Noah una vez que dejó a su hermana en su cuarto, corrió al suyo y cerró.

Y después toda esa ira que guardaba la saco, por medio de lágrimas.

Se hizo bola en su cama y lloró, lloro hasta que... un golpecito en la ventana lo hizo voltear.

Era Finn, el vecino. Había escuchado los gritos de Clarisa, pues su cuarto estaba justo al lado del de Noah, que prácticamente solo los separaba una ventana y un pequeño callejón.

Noah se puso sus pantunflas y corrió a la ventana.

- ¿Que haces aquí Finnie?

- Escuche los gritos de tu mamá...

- Mhm... no te preocupes ya estamos mejor.

- ¿Estas seguro? ¿Por que tienes un rojo en tu mejilla? - El castaño se tapó

- No se...

- Vamos Noah soy tu amigo.

- Ya Se, pero no es nada.

- Cameron.

- No tengo nada

- Noah, por favor.

- Dante me pego.

- Es un bastardo

- Finnie, no digas malas palabras. - Noah odiaba las malas palabras, las odiaba, pues su padrastro así se refería a su familia.

- Lo siento, pero es lo que es.

- Supongo... - Y se escuchó el golpe de la puerta de la casa  - Ay no... Finnie mejor vete, ya regreso y no vaya a ser que te encuentre.

- Pero tienes llave en tu recámara ¿no?

- Si, si, pero no me gustaría que escucharas.

- ¿Que escuchara?

- Solo vete, mañana hablamos en la escuela

- Dime por favor ahora.

- No Finnie... mañana hablamos, vete rápido. - intentó cerrar la ventana pero el pecoso lo detuvo

- Cuéntame.

- Se pone en mi puerta a gritarme groserías y avienta cosas, lo hace para que yo me asuste

- Y ¿te asustas?

-  A veces, ya no tanto. - intentaba sonar valiente, pero la verdad era que siempre se asustaba

- Me quedare contigo

- ¿Que? No Finnie

- Si, y así te podré cuidar y ya no te asustarás.

- Pero Finni... - Finn Se metió al cuarto - Bueno pero solo hoy. - El otro asintió y se acosto junto al castaño

Y entonces como había contado el menor, comenzaron las groserías

- ¡Hijo de perra! ¡¿Te crees muy valiente?! ¡Solo eres un animal! - Noah Se asusto y acercó su pequeño cuerpo a Finn. - ¡Abre la puerta bastardo! ¡¿Mucho miedo?! ¡Sal Ahora desgraciado mal parido! ¡HE DICHO QUE SALGAS! - El pecoso lo abrazo ,sintió como temblaba el castaño y se prometió proteger a Noah siempre