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✨Flahsback oI✨

Noah 7 años

No había nadie en casa, solo Noah, se había quedado pues estaba ansioso de ver un programa de pastelería, le gustaba pensar que de grande el sería un gran chef .
Su madre y Chloe habían salido hace una hora, y Dante al parecer no iba a estar.

Aunque claramente, fue mentira.

Se acercaba la hora de el famoso programa, así que Noah, ansioso, se acostó en su cama, frente al televisor y comenzó a tomar la leche de chocolate que le había preparado Chloe, pues aunque fuera una niña de 8 años, sabía preparar una leche de chocolate deliciosa, o al menos eso pensaba Noah.

Comenzó la famosa canción que indicaba el inicio de una hora y media de pura pastelería y platillos ricos, así que Noah comenzó a cantarla, pero fue callado bruscamente por el sonido de la puerta principal. Como pudo corrío al televisor y lo apago, se escondió en el armario y comenzó a rogarle a Dios para que no fuera Dante.

Se escucharon unos pasos por su habitación, y se sintió estupido por no haber cerrado la puerta

- Pequeño idiota, se que estás aquí... - El pequeño castaño solo cerró los ojos fuertemente y dejó de escuchar los pasos, gracias a eso, se dio la libertad de pensar que el ya se había ido

Todos sus pensamientos se fueron a la goma al ser jalado bruscamente de su brazo

- ¡Por favor! ¡No me hagas nada! - Lo único que recibió como respuesta fue una patada en el pecho, lanzándolo hasta el otro extremo de la habitación, el pequeño solo sintió su cabeza rebotar contra el frío piso y de ahí ya no recordó nada

(...)

Cuando Noah abrió los ojos, seguía en el piso, pero ya era de noche, no sabía cuantas horas habían pasado pero seguro muchas.

Asustado, corrio y cerró su puerta con seguro, y comenzó a llorar, le dolía su cabeza y su estómago, no soportaba el dolor, pero no podía hacer nada, su mamá probablemente volvería de madrugada.

- ¡Cam! - Escucho la voz del risado y apartó sus lágrimas, para después correr a abrirle-

- C-Creí que ya no v-endrias...

- ¡¿Que te paso?! Dios... - Alzo el cuello del castaño y había un pequeño hilo de sangre seca, Noah ni siquiera se había dado cuenta de eso

- Perdón... no pude defenderme- Bajo la mirada, pues la última vez Finn le había dicho que tenía que defenderse-

- No pasa nada lindo, comprendo que te da miedo, ven - Lo cargo como pudo hasta la cama y lo acostó en ella- ¿tienes sueño?

- No mucho -Se tallo los ojos-

- ¿Por que nunca me dices la verdad? Claro que tienes sueño, duerme, yo te cuido

- No, es que no quiero que el té haga daño

- No me hará nada, ¿recuerdas lo que me regaló mi mamá?