Comida

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Necesitaba llorar, desahogar, golpear. Pero no podía, tanta gente a mi alrededor y sola, sin él y sin mí. Abandonada en una triste noche, era claro que quería sentirme viva, siempre busque maneras, maneras para vivir; tristemente sólo me sentia mejor destruyendo lo que parecia vida para hacerme sentir un bienestar que venía de el mal. He dejado de comer, lo había dejado, pero caí y rode y rode en montañas de grasa y calorías. Los kilos siempre han sido un problema para mí, actualmente peso entre cincuenta y cincuenta y cinco kilos y mido un metro con cincuenta y siete centímetros, todos pensarán que mi peso es normal y estoy bien, bueno, no lo suficiente, nunca lo suficiente, nunca se es suficientemente flaca, ni suficientemente hermosa, ni suficientemente inteligente, jamás. Deje de comer totalmente durante cinco días seguidos, me sentía mas flaca, más estética, más poderosa hasta que los mareos no paraban, sin embargo se sentían bien, como una forma de darme a entender que lo estaba logrando, que pronto encontraría mi perfecta perfección, mi pureza. Podría vivir de mi misma.
Pero no, no, no, y no, lo arruine y como dije al inició, o todo o nada, así que con el primer trozo de pan enloqueci y aquella hambre despertó, con el impulso de comer hasta estallar, no podía parar, estaba repleta de comida que tenia un sabor salado por las lagrimas que escurrian por mi cara y derramaban en la comida, terminé. Me odié, enfureci con rabia, la suficiente para matarme en ese instante, no podía, nunca puedo, soy demasiado cobarde para la muerte o muy valiente para vivir. Así que decidí ir al baño, me metí los dedos en la garganta, los movía, me los quería tragar igual, mi mente solo gritaba comentarios de odio y de burla hacia mi inútil intento por querer remediar mi error, lo intenté y lo intenté, no podía vomitar, solo sonaba arcadas y me dolía el pecho como si una espada me atravesara cada que intentaba escupir la comida. Después de un tiempo me Di por vencida, me sentí inútil, y no solo me sentía, lo era, una inútil que no pudo cerrar la boca y no puso abrirla lo suficiente para sacar todas esas calorias y grasas que me harían mas gorda, entre en pánico y segundos después me calme, me lave la cara y me enjuague la boca, salí del baño y me acosté, derrotada, humillada, adolorida y totalmente absurda.

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