Dos semanas. Habían pasado ya dos semanas desde que Aimée había hecho coincidir sus turnos con los de la Moira. A las otras dos ni siquiera las había visto pero esa mujer parecía estar empeñada en fastidiarle cada momento de paz que tenía.
Remi se había levantado especialmente molesto esa mañana. La noche anterior ella le había amenazado con la bandeja cuando le había impedido el paso a la cocina solo por fastidiarla un poco.
Esa mujer iba a volverlo loco. Necesitaba un día, tan solo un día alejado de ella. Era demasiado tener que soportar verla todo el tiempo a su alrededor. Sabía que ella procuraba no coincidir mucho con él para no molestarle. Seguro que le tenía miedo.
Eso estaba bien. Cuanto más miedo menos tendría que aguantar sus réplicas exasperantes y sus miradas desdeñosas.
Suspiró resignado a trabajar un día más con esa pequeña diosa con cara de ángel revoloteando a su alrededor, apagó la televisión y maldijo en francés antes de salir de su cuarto con su permanente mal humor reflejado en la cara.
Al pasar por el comedor de la familia una voz le llamó.
Becca.
No había vuelto a hablar con ella desde el incidente en la cocina. Suspiró y cerró los ojos con fuerza antes de darse la vuelta y entrar en el comedor.
Para su sorpresa la mayor parte de la familia se había reunido allí. Faltaban Kyle, que estaba en el Club Charonte como de costumbre, y Etienne, que estaría probablemente metiéndose en algún lío o apostando en algún antro. Incluso estaban los Howlers, Max y algún camarero... Dioses, hasta Clotho estaba allí...
―Siéntate, hay algo que queremos deciros.―Dijo Becca con las mejillas sonrojadas.
Quinn se aclaró la voz y sonrió ampliamente.
―Hemos intentado reuniros a todos, pero, como siempre, en esta familia es complicado. De todos modos, a los que no están se lo contaremos más tarde... ―Quinn suspiró y agarró la mano de Becca apretándola con fuerza.
Remi apretó la mandíbula al ver la muestra de cariño entre su hermano y Becca. Aquello no le gustaba nada. Todos estaban muy raros. Y que a Becca se le estuviesen empañando los ojos con lágrimas no ayudaba a calmar aquella sensación que estaba oprimiendo su pecho.
Becca respiró hondo reuniendo valor y por fin habló, disipando las dudas que habían estado poniéndolos a todos nerviosos.
―Queríamos anunciaros una buena noticia. ―Becca miró a Quinn con devoción y le sonrió.― ¡Estoy embarazada de nuevo!
Aquellas palabras se clavaron en el corazón de Remi como dagas punzantes haciendo que la opresión que antes sentía ahora se sintiera como si le estuviesen desgarrando desde adentro.
Cloie jadeó al escuchar la noticia. Mientras todo el mundo se alegraba y se acercaba a la pareja para felicitarles ella se quedó quieta, como paralizada ante la buena nueva. Tragó con fuerza y su mirada viajó lentamente hacia Remi.
Su cara apenas demostraba ninguna emoción pero en sus ojos se podía ver la devastación que sentía por dentro. La felicidad de Quinn podría haber sido suya si ella no hubiese metido la pata de esa manera.
La culpabilidad y la pena eran demasiado. No podía seguir viendo la tristeza en los ojos de Remi ni un segundo más. Tenía que salir de aquella sala o rompería a llorar allí mismo.
Se dio la vuelta y con disimulo salió de la sala apresuradamente dirigiéndose a donde iba cada vez que estaba disgustada y no podía ir a su cuarto. La terraza del segundo piso.
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Dark Hunters: Un giro del destino (Fanfic)
FanfictionTodo ocurre por un motivo y Remi Peltier está a punto de descubrir que la persona a la que debe proteger es su peor enemiga. ¿Se aferrará a su orgullo o permitirá que ella se cuele bajo su piel y le obligue a perdonar? El destino es un arma de doble...